El nuevo vecino
Fecha: 16/01/2022,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... cosa.
-¿Qué cosa?
-Una... mamada. Quiero que me chupes la polla y me hagas correr otra vez sobre tu cara. Pero esta vez toda la corrida irá sobre tu linda carita, como en los videos de Internet.
Luz cerró los ojos, apretó los dientes y se corrió entre gemidos de placer. Había contemplado una escena como la que John describía cientos de veces en sus vídeos, y ahora ella podría ser la protagonista.
Cuando su largo e intenso orgasmo terminó, pudo contestar.
-Vale. Mañana. Pero tendrás que enseñarme. Yo no sé hacerlo.
-Las pajas se te dieron bien, jeje
-Gracias.
-Pero no puedo esperar a mañana. Quiero la mamada ahora.
-¿Estás loco? Ahora no puedo
-Supongo que tus padres están dormidos
-Sí. Pero podrían despertarse.
-Ya. Pero no creo que miren en tu cuarto. Te levantas, vienes a mi casa sin encender luces. No se darán ni cuenta. Te espero con la puerta abierta.
Luz se lo pensó. Quería saber lo que se siente al tener una polla en la boca, pero tenía miedo de que sus padres la descubrieran. Aún así, probó suerte.
-Voy si me follas.
-Joder Luz. ¿No comprendes que no puede ser? Te podría romper algo ahí.
-Pero... podríamos probar. Si me duele paramos.
-Lo siento, Luz. Pero no puedo hacerlo.
-John, iré a tu casa ahora y te chuparé la polla hasta que te corras en mi cara...
-Bien, así me gusta, que recapacites. Vente ya.
-Pero solo después de que me folles.
-¡Coño Luz!
-Es lo que hay, John. Lo tomas o lo ...
... dejas.
"Jodía chiquilla", pensó John subiendo y bajando su mando a lo largo de su dura hombría. Tan tímida que parecía y ahora le lanzaba un ultimátum. O se la follaba o se quedaba sin mamada.
-Joder, está bien. Tú ganas. Pero si te rompo el chichi luego no me vengas con quejas.
-Bien. Ábreme la puerta, que ya voy.
John se levantó, desnudo como estaba y se dirigió a la puerta de su casa. Dejó la luz apagada para que al abrirla nadie pudiese ver nada. Esperó, con la polla palpitándole entre las piernas.
-Jodía - susurró dirigiéndose a su verga - Me vas a meter en un lío con esa chiquilla. Pero es que cuando te pones cabezona te da igual 8 que 80.
Oyó como una puerta se abría. Sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad, y con la tenue luz que entraba por las ventanas del pasillo vio como una figura se acercaba a su puerta. Abrió la puerta del todo hasta que ella entró y cerró tras ella.
Lo primero que notó fue como las suaves manos de Luz le agarraban la polla en la oscuridad. Encendió la luz y vio a la guapa muchacha, con un sexy pijamita rosa ajustado, sosteniendo su verga con las dos manos.
-¡Qué dura, John! exclamó Luz.
-Tú me la pones así de dura, chiquilla.
Luz empezó a pajear la inmensa polla, notando como su coño mojaba el pijama. John se pegó a ella y le sobó las tetas.
-Pero que buena estás, Luz.
-Fóllame.
-¿Estás completamente segura?
-Sí. Después de que me folles, te chuparé la polla hasta que te corras en mi cara.
Donde casi se ...