El nuevo vecino
Fecha: 16/01/2022,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... tardó en presentarse. Cuatro días después coincidió con ella en el rellano del edificio a medio día.
-Hola. ¿Vienes de la facu?
-Hola John. Sí.
Caminaron hacia el ascensor. La polla de John se empezó a poner dura. Él no trató de disimularlo. Entraron en la cabina y empezaron a subir.
Enseguida, allí estaba la furtiva mirada de Luz. Y cuando la chica vio que ese día se marcaba un más que evidente bulto en la bragueta de John, no pudo evitar que sus ojos se abriesen y que su mirada se quedase congelada más de lo habitual. Él estaba preparado.
-¿Qué miras, Luz? - preguntó.
-¿Eh? Nada... nada... - respondió la chica, enrojeciendo como un tomate y apartando la mirada.
-Me mirabas la bragueta.
-N...no.
-Sí. Y no es la primera vez. Cada vez que nos vemos me miras la bragueta.
Luz no podía ni hablar. No le salían las palabras. Solo sentía el intenso calor de sus mejillas y deseaba que el ascensor se parara para meterse en su casa.
El ascensor se detuvo y ella se quedó sin respiración. No habían llegado a su piso. John había pulsado el botón de stop.
-Tranquila, no pasa nada, Luz.
Ella le miró un segundo, asustada.
-¿Por qué me miras siempre la bragueta? - le preguntó con una sonrisa que dejó entrever sus blancos dientes.
Ella no contestó. Así que John decidió atacar de frente.
-Quieres verme la polla... ¿Verdad? Si quieres vamos a mi casa y te la enseño.
El corazón de Luz casi se le sale por la boca. Claro que quería vérsela,pero ...
... no se atrevía a decirlo. Y además estaba un poco asustada.
-¿No dices nada?... Bueno, tranquila. Olvidemos el asunto.
Por el rabillo del ojo la chica vio como la mano de John apretaba el botón de stop y el ascensor retomó la subida. No hablaron durante el resto del trayecto.
Al abrirse la puerta, ella salió a toda prisa. John se dijo que la cosa había salido mal y que quizás se había metido en un lío, pero confiaba en que Luz no diría nada.
Luz llegó a la puerta de su casa. Sacó las llaves, que casi se le cayeron al suelo. Iba a meterlas en la cerradura cuando en su cabeza retumbaron las palabras de John: "Quieres verme la polla, ¿Verdad?".
Seguía ruborizada, con la frente perlada de sudor. En su mente se agolparon todos aquellos vídeos que había visto. Ahora tenía la oportunidad de ver una polla así en vivo. Solo tenía que ser valiente. Solo tenía que atreverse. Fue una cobarde con aquel chico con el que había salido. Por estúpidos miedos había dejado de hacer algo que deseaba.
John metió la llave en su puerta. La abrió y cuando se disponía a abrir la puerta, creyó oír que Luz decía algo. Se dio le vuelta y vio que Luz estaba de cara a él, pero mirando al suelo.
-¿Dijiste algo, Luz?
-Que...sí...que...quiero.
Una amplia sonrisa se dibujó en el rostro del hombre, que sintió como su polla daba un respingo atrapada en los pantalones.
-Ven - dijo John.
Una última duda se apoderó de la voluntad de Luz. Pero su deseo fue más fuerte y sus piernas ...