El nuevo vecino
Fecha: 16/01/2022,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... empezaron a moverse hacia la casa del vecino. Él le abrió la puerta, ella entró sin mirarle y se sobresaltó cuando oyó la puerta cerrarse tras ella.
-Tranquila Luz. Te puedes ir cuando quieras. Ven conmigo.
El hombre se adelantó y Luz lo siguió hasta el salón. Sentía nervios en el estómago y ganas de salir corriendo. Pero fue tras él.
La casa de John tenía la misma distribución que la de ella, pero como reflejada como en un espejo. Llegaron al salón y el chico se sentó en un amplio sofá y le pidió a Luz que se sentara a su lado. La cara de la muchacha seguía como la grana.
-Eres muy tímida, Luz.
-Si...Lo sé. No puedo evitarlo.
-Bueno, cada uno es como es. Te hace más adorable.
Se quedaron los dos callados. Luz no se atrevía a mirar hacia John. Él fue el primero en hablar.
-Tengo la polla dura, Luz. Mírala.
Los ojos de Luz, lentamente, se posaron sobre la bragueta del John. Ahora el bulto parecía aún más grande. Mantuvo la mirada allí varios segundos, la levantó un momento hacia los ojos de John y la volvió a fijar en la bragueta. Los pezones le dolían, duros como piedras. El coñito le palpitaba entre las piernas y le retumbaban las sienes con cada latido de su desbocado corazón.
-Tócala. Siente lo dura que me la has puesto - le dijo John.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Luz. ¿Tocársela? Se suponía que sólo iba a vérsela,y ahora él quería que se la tocara.
John esperó unos segundos, y al ver que ella seguía sin moverse, le cogió una ...
... mano. Luz no opuso resistencia cuando se la dirigió hacia la polla y se la dejó sobre ella. Apartó su mano y ella dejó allí la suya.
Luz notó que allí debajo había algo muy duro.
-Apriétala - casi susurró John.
Obedeció. Apretó los dedos alrededor de aquel cilindro escondido. Aunque sentía una enorme vergüenza por todo aquello, aún era mayor el deseo que incendiaba su cuerpo.
-¿Está dura, eh? - preguntó John.
-Uf... sí.
-¿Quieres verla?
Luz asintió con la cabeza, sin dejar de apretar sus dedos.
-Pues sácala.
Luz retiró la mano, como si hubiese recibido una descarga eléctrica. ¿Sacársela? Eso significaría... tocarla... Y no estaba allí para tocarla, solo para verla.
-No... No puedo.
-¿Por qué no?
-Es que... no...Eso no.
John vio que la chica empezaba a dudar. Temió que se levantara y se marchara, acabando con aquella morbosa situación.
-Bueno, no pasa nada. Ya me la saco yo - dijo con rapidez.
El sonido de la bragueta al bajarse recorrió la espina dorsal de Luz, que dirigió su vista hacia la fuente del sonido. Casi sin respiración vio como él metía su mando por la abertura.
Y dejó de respirar cuando una cosa negra y enorme salió por allí. Una gruesa y larga polla. Con los ojos fijos en aquella inmensa barra de carne, Luz vio como John también se sacaba dos poderosos huevos. Él se soltó la polla, que se quedó enhiesta, tiesa, apuntando al techo.
Durante unos segundos ninguno dijo nada. Él la miraba a ella y ella no apartaba los ...