1. Fin de semana en cueros


    Fecha: 21/01/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... un culazo casi tan poderoso como el mío. Les pregunté cómo se sentían, se rieron nerviosas. Sus braguitas eran lo más de finas. Yo también me había quitado el pijama. Después me quité mis bragas de encaje negro, las estiré y até un nudo formando una muñequera con ellas y me la puse en mi mano derecha. Les dije a las chicas:
    
    _ Venga, hacer lo mismo las tres, a ver a quién le queda la muñequera mes bonita. ¡Por cierto!, esa muñequera con olor a conejito será la única prenda que llevemos las cuatro hasta el domingo por la tarde, de día y de noche. Así que ya podéis guardar los pijamas, los bikinis y la demás ropa. Esto, además de divertido, es sano, es para que os sintáis más unidas, besos.
    
    Me miraron como diciendo que me estaba pasando, lo hicieron las tres, nuestras muñecas eran lo único no bañado con color de piel femenina en aquel salón. Seguimos viendo la tele, me sentía muy bien desnuda y viéndolas a ellas también en cueros. Las observe al detalle, yo estaba muy excitada, deseaba acariciarlas a las tres. Sus coños parecían llamarme: El coño de Raquel, pelirroja como yo, era una selva de pelos naranja si recortar, pero solo tenía pelos en el pubis, el bollito apenas tenía. El coño de Sara era rubio como su cabeza, tan perfecto que hacía daño; su vello púbico era tan suave como el viento. Lucía, mi conquista, ella era la más dulce de las tres. Su coñito estaba rasurado entero, ni un pelo; rosado, con “la lengua” asomando. Yo Margarita, mi coño, que no tiene mucho ...
    ... vello lo llevaba rasurado apurado menos una cinta de pelitos pelirrojos en el centro de un centímetro. Mi bollo es gordo y proporcionado, mis labios internos son rosados y generosos.
    
    Seguimos como si nada, comiendo pipas, por la tarde nos bañamos en la piscina otra vez, los setos impedían que los vecinos nos vieran nadar con nuestras braguitas anudadas en nuestras muñecas. El tono de voz de todas nosotras fue cambiando durante la tarde, cada vez más activas, cada vez más excitadas; cada vez también con posturas más atrevidas, sin esconder nuestros cuerpos las una de las otras. Ese sábado por la noche Raquel nos sorprendió a todas, pidió besarnos el chocho a las tres, estaba excitada y quería probar. Claro está, yo dije que sí, pero es que Lucía y Sara dijeron que también.
    
    Nos sentamos en el sofá de tres plazas las tres, alzando nuestras piernas para poner los talones en el filo del sofá y abrir los muslos esperando a Raquel: Raquel me lo besó, me mordió los labios externos, succiono los internos… me dejó a medias y se lo comió a Lucía, le daba mordiscos por todo el bollo afeitado, Lucía gritaba mientras tiraba de la melena lacia y pelirroja de Raquel. Raquel besó repetidamente a Sara por todo su sexo, le pasó la lengua por el ojete del culo, le mordía los cachetes, se volvió más salvaje todavía… cogió a Sara de la mano y se fueron a su dormitorio. Me quedé allí con Lucía, me acerqué a ella y la besé en la boca con un beso de tornillo, le mordí las orejas, le chupe el ...
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