Fin de semana en cueros
Fecha: 21/01/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ella.
Me acerqué a ella de frente, mirándola a los ojos, me quedé a unos veinte centímetros de distancia de ella. Puse mi mano sobre mi cabeza como midiendo nuestra altura. Di un paso adelante muy rápido y aplasté mis pechos contra los de ella. Sus pezoncitos duros como piedras se clavaron en mis tetas, las cuales, pareciera que se tragaban los pechos pequeñitos de Raquel. Como nos estábamos mirando en ese instante, vi el cambio en sus ojos: pasaron en un instante de tener una mirada dominante a mostrar una mirada tierna, además sus pupilas se dilataron mucho, (si en ese momento, le hubiera metido un dedo en el coño; seguro que lo saco empapado). Se separó de mí de un respingo, como alejándose de lo que había sentido al ser “devorada” por mis tetas. Me dijo:
_Margarita, me has sorprendido, que calentitas están tus tetas, jajaj _ parpadeó con timidez y se separó más aún de mi cuerpo.
Desde ese momento, su actitud conmigo cambió, ya no me miraba altiva, tampoco desconfiada.
Jugamos las cuatro en el agua, Lucía me tocó el chocho buceando varias veces. Nos duchamos, nos vestimos y fuimos a hacer la comida. Miré la nevera y había lo necesario para hacer mi rico arroz mallorquín, aunque faltaban algunos ingredientes, nos podríamos apañar. Comimos y nos quedamos dormidas viendo una peli en la tele.
Me desperté la primera, puse música fuerte y les dije a las tres:
_ ¿Jugamos a un juego de cartas que conozco?
Preguntaron que qué apostábamos y les dije que algo muy ...
... divertido, la voluntad, para lo que quedaba de fin de semana. Preguntó Raquel que era eso de la voluntad. Les dije que yo ya había jugado a eso, la que ganará la partida podría ordenar a las otras lo que quisiera, si hacerles daño; pero había que prometer cumplirlo antes de empezar la partida, de no cumplirlo alguna, las otras le teñirían con tinta la cabeza.
Dijo Lucía:
_ ¡Qué fuerte!, y que divertido, yo me apunto.
Raquel dijo que chapó, que si había que teñirle a alguna la cabeza lo haría ella, que trabaja de peluquera (a no ser que fuera a ella, pensé yo). Sara no quería, no intentamos convencerla, dimos por perdido el juego; pero a la media hora, viendo la tele aburridas dijo Sara:
_ Vale, me apunto, pero seré la más obediente, porque adoro mi larga melena rubia.
Jugamos a la mejor de cuatro partidas… que decir: Ese juego lo llevo jugando desde pequeña, jajajaj, le gano hasta a mi padre, hasta un pequeño torneo gané. Dejé que Sara ganara una partida, Lucía otra, pero las dos últimas las gané yo.
Se quedaron muy calladas allí sentadas con sus pijamas de verano, les dije a las tres:
_No os preocupéis, esto es para divertirnos, veréis como lo pasamos muy bien. Lo primero que quiero que hagáis es quitaros toda la ropa excepto las braguitas.
Pusieron caritas de vergüenza, pero un brillo en sus ojos me decía que les gustaba despelotarse entre chicas, que era algo que por falso pudor habían reprimido entre ellas. Sus cuerpos eran preciosos, Raquel tenía ...