1. Le doy mi culo a cambio de su ayuda


    Fecha: 26/01/2022, Categorías: Anal Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... veas así, una vez dentro igual puedes brincarme, yo también corro riesgo, por eso te propongo eso.
    
    C: Bueno, creo que está bien, es solo sexo, así que te daré lo que quieres,
    
    E: ¡Excelente decisión! Pero aun no te digo bien que quiero.
    
    C: ¿Qué? ¡No me vengas con pen…!
    
    E: Tranquila, no quiero trato de novios o así, de hecho, solo quiero anal.
    
    C: ¡Diablos, que loco estas!! ¡Jamás!
    
    E: Como veas, te confieso algo, jamás he hecho anal, mi esposa no se deja, dice que la lastimo y tú te ves tan cogible, tienes unas nalgas tan ricas, apuesto que aprietas delicioso, quiero estrenarme en ese rubro contigo.
    
    Ahora solo tenía sentimiento de coraje y odio, ese cabrón me tenía súper enojada, ni con las personas que de verdad deseaba les daba mi ano, pero, por otro lado, tenía razón, una vez dentro yo ya me podía mover sola, así que como toda una puta acepté su propuesta.
    
    Él orgulloso del trato que consiguió pagó la cuenta y salimos rumbo al hotel. El acuerdo era tener solo un polvo, sería anal y con eso él me compraría los suministros y me daría la entrada a esa gran empresa.
    
    En el camino me iba contando que tuvo experiencias sexuales con varias compañeras, una de ellas es con quien Luis y yo tuvimos sexo y era nada más y nada menos que Elizabeth, también estaba Rosalba de ventas, una madura chechona que terminó cogiendo con él y la última era Rosalía, la encargada de logística una mujer nada agraciada, pero que también se la metió, en fin, al parecer había ...
    ... caído en su trampa y no me quedaba más que cumplir mi parte del trato.
    
    Nos metimos en un hotel que estaba cerca de la plaza a la que fuimos, él estaba ansioso, le pedí se fuera a lavar y me dejara fumarme un cigarro, por primera vez en años estaba tensa.
    
    Eduardo salió desnudo y vaya que me sorprendí y no porque tuviera una verga grande y hermosa, no, apenas alcanzaba los 14 cm de largo, pero era súper gruesa, jamás en la vida había visto una verga tan gruesa, más gruesa que las de Luis y Juan, más gruesa que la del negro que me cogió, de verdad era un verga gorda.
    
    E: ¿Sorprendida nena?
    
    C: ¡Para nada! ¡Bueno a lo que venimos!!
    
    E: Espera, desnúdate, vamos quítate suavemente tu ropa.
    
    Cumplí su orden, comencé a quitarme la ropa suavemente, primero mi saco, luego mi blusa, bajé lentamente mi pantalón quedándome en tanga y brasear, me di la vuelta modelándole mis nalgas y me quité mi brasear, él aullaba como perro, estaba súper caliente y me dijo que me dejara la tanga.
    
    Subí a la cama, él trató de besarme, pero lo detuve, él sonriendo comenzó a mamarme las tetas, su lengua se encargaba de mis pezones que, a pesar de estar prácticamente obligada a eso, no podía evitar sentir muy rico cada que me chupaba.
    
    Sus manos acariciaban mis piernas y mis nalgas, su boca iba de mis tetas a mis muslos y a mis nalgas, su lengua dejaba su rastro por todo mi cuerpo, la verdad poco a poco me comenzaba a calentar.
    
    Me acostó boca abajo y su lengua me daba un rico masaje en la ...