Infiel en el terreno baldío
Fecha: 30/01/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos
Siempre estuvo detrás de mí, yo la verdad le daba entrada y es que me encantaban sus ojos y admito que su forma de ser me llamaba la atención.
Obviamente a mis 26 años era muy tonta, él era un bueno para nada, andaba en malos pasos y aunque una vez salí con él a una feria y aunque la pase muy bien, sabía que no era conveniente para mí.
El tiempo paso y el por andar con malas personas y ser un tipo tonto termino en prisión, pero mi sorpresa fue casi 7 años después que, caminando por la calle, luego de que el “huevo” me obligara a aflojarle para no delatarme con mi esposo, me lo encontré.
Q: ¡Hola, mira nada más!
K: ¿Enrique? ¡Que haces aquí!
Q: ¡Pues ya vez, regresando a mi hogar!
K. Órale, que no estabas en prisión?
Q: ¡Sí, pero ya salí! ¡Y tu estas de lujo!
K: ¡Gracias! ¡Bueno nos vemos!
El verlo me puso tensa, sabía que me buscaría y no quería más problemas de los que tenía.
El resto de la semana me la pase nerviosa, a que él se paraba afuera de mi casa a fumar y observar, a mí me dio miedo, sentía que me quería hacer algo malo, pero solo estaba ahí fuera, fumando observándome.
Las fiestas de la colonia llegaron y con ello el baile donde me gusta ir a tomar una miche lada y a bailar un poco.
Ese día me puse mis medias color negro, una minifalda negra entallada y mi blusa roja, me arreglé bien coqueta para ir y pasar un rato con mi marido y tratar de borrar un poco lo que había vivido las semanas anteriores.
El ambiente era muy ...
... agradable, la música era buena, no había muchos tipos imprudentes, me la estaba pasando muy bien con mi marido, hacía tiempo que no salíamos y ese día estaba saliendo a la perfección.
Pero casi a las 11 de la noche después de la quema del castillo, apareció Jesús un amigo de ambos y con él, venia Enrique, al verlo me quise morir, quería irme, pero mi marido estaba contento de verlos, él y ellos tenían sus aventuras de borrachos y por esa razón les invito un trago a ambos, yo por mi parte traté de ignorarlos, Quique me miraba de arriba abajo, me sentí acosada así que fui a comprar un dulce.
Cuando regrese ya había más cervezas y mi marido me dijo que nos invitaron unas, eso me enojo mucho y aunque no lo demostré me quería ir, tomaba las cervezas más de fuerza que de ganas, quique con su sonrisa sabía que su presencia me incomodaba y más se daba a lucir.
Trate de evadirlo, pero no podía incluso consiguió que mi marido me dejara bailar con él, en el baile él me decía que me veía muy rica, que tenía ganas de mí, yo no le contestaba y no lo veía a los ojos, pero en un movimiento su mano toco mi tarsero y eso me molesto así que lo encare, disimuladamente, pero lo hice.
K: ¡Que te pasa, ya tranquilo!
Q: ¡Perdón nena, pero estas buenísima!
K: Ya, ¡mi marido está aquí no te pases!
Q: ¡Ni cuenta se da, está tomando, ni se fija en ti!
Las palabras que me dijo me molestaron muchísimo, pero era la verdad, mi marido estaba sumergido con sus amigos y se había olvidado de mí, ...