1. Esther y Miguel


    Fecha: 30/01/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Hacía tiempo que Miguel nuestro albañil de cabecera, era amante de Esther mi mujer y el mío. Su potencia sexual parecía no conocer límites. Su enorme polla hacía las delicias en todos los agujeros de mi esposa y a mí me tenía cebado el sabor de su leche y la forma en que me producía un tremendo orgasmo cuando me follaba y excitaba mi próstata. En verdad sentía que despertaba mi lado femenino cuando ese proto macho me follaba. A mi mujer terminé confesándole que ya los había visto pero que en realidad quería que grabara la mayor parte de sus sesiones con Miguel. Accedió un poco recelosa, pero con el tiempo nos acostumbramos a tener sexo de lo más bueno después de ver juntos los videos en los que era masacrada con el pollón de 20 centímetros de Miguel.
    
    Un día me dio una sorpresa. En uno de los videos aparecían 2 personas más aparte de Miguel y mi mujer. Eran dos jóvenes muy bien dotados de máximo 18 años. Ese día cuando Miguel llegó a su cita con mi Esther, no llegó solo. Mi mujer al principio se cohibió bastante, pero al mismo tiempo no dejaba de ver los notorios bultos de esos dos chicos. Parecía que eran de la misma especie que Miguel.
    
    Ella quiso apartarse cuando Miguel la empezó a abrazar y besar. Descaradamente la tomó de las nalgas y ella lo quiso empujar pues no entendía que pretendía exhibiendo su pasión enfrente de los dos jóvenes que solo observan discretamente. Miguel insistió y forzó a Esther a sentir sobre la ropa su tremenda polla que ya estaba dura como la ...
    ... roca. Ella apenas podía balbucear algo como “espera, aquí no, me da pena, que van a decir estos chicos”. Entonces Miguel simplemente le dijo algo que la dejó perpleja y sin saber que decir o hacer: “te vamos a follar entre los tres”. “Pero, ¿cómo crees?, no entiendo”. “No tienes que entender nada”. Entonces antes de que ella pudiera reaccionar, él le quitó hábilmente en dos movimientos su falda y la blusa. Ella quedó solo con un tanga de seda blanca y sus preciosas tetas al aire.
    
    Ella se sentía aturdida Miguel en un abrir y cerrar de ojos estaba desnudo con su magnífica polla de animal como un mástil. Volteó a mi mujer, la empinó sobre uno de los sillones y colocando un poco de lubricante que traía preparado, se la metió de una estocada, mi mujer sintió ese dolor tan intenso como la primera vez. Muy rápido sin embargo el dolor de transformó en placer. Vio cuando los dos chicos sin mencionar ninguna palabra se despojaron de su ropa. Se acercaron y uno de ellos puso su enorme polla en su boca. Miguel la cogió de los pelos y le ordenó, “chupasela”. Mi mujer que ya estaba más cachonda y lubricada que nerviosa, obedeció mamando con suma excitación la polla del más joven, primero despacio y suave, después casi con furia.
    
    En un momento dado, Miguel desensartó a mi mujer y le volvió a ordenar que montara al otro chico que se había estado masturbando mientras veía. Eran tres pollas de 20 centímetros para ella sola. Completamente mojada, se empaló en el chico que estaba sentado, ...
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