Cuando la calentura aprieta (12)
Fecha: 31/01/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: rosamarsan, Fuente: CuentoRelatos
... note sus dedos jugando con mi clítoris.
Se tumbó, le ayude a quitarse el pantalón y el tanga, me quede mirando su coño depilado, se veía chiquitito y estrecho, no pude resistir la tentación de tocarlo. Ella guiaba mi mano, mientras daba un gemiditos de placer. Me aparto la mano, se levantó y me ayudo a quitarme le pantalón. Me recostó y comenzó a masturbarme. Aceleraba su mano y cuando veía que me aumentaba el placer, frenaba y seguía lentamente, su lengua jugaba con un pezón y yo notaba su dedo entrando y saliendo de mi coño, mientras alternaba a jugar con mi clítoris.
Cuando vio que llegaba al orgasmo, me beso apasionadamente y me corrí mientras mis gemidos se perdían en su boca. Aun con mis últimos aspamos por el orgasmo, se bajó y sentí como su lengua recogía los caldos que emanaban de dentro de mí. El sentir su lengua recorriendo mi coño hacia que una electricidad de placer recorriera todo mi cuerpo. Aunque le insistía que parara, ella seguía lamiéndomelo, minutos más tarde volví a explotar de placer y me corrí en su boca. Tras tranquilizar un poco mi cuerpo, me levante y volvimos a ...
... besarnos. Ahora fui yo la que llevo la iniciativa, me metí sus grandes pechos en mi boca y empecé a chupar sus pezones, ella de rodillas delante de mí, se masturbaba, mientras me pedía que se los mordiera, aumento el ritmo de su mano y no tardo en correrse.
Me dio la vuelta y me dijo que quería probar una cosa. Me puso a cuatro patas, con mi cabeza apoyada contra la almohada, yo no veía nada. De pronto sentí sus pechos contra mi raja, estaba masturbándome con sus tetas. El sentir esa nueva sensación, me puso de nuevo a cien. Estuvo un buen rato y cuando estaba a punto paro. Me di la vuelta y ella se colocó entre mis piernas de forma que nuestros clítoris se rozaban, empecemos a movernos al unisonó. Sentía el calor de su coño contra el mío, era algo nuevo para mí, no sé si para ella también. Minutos más tarde las dos juntas nos corrimos y nos quedemos tumbadas exhaustas, mientras no podíamos de parar de besarnos.
Tras esa ración de placer inmenso, nos dirigimos a la ducha y nos duchemos juntas besándonos como dos amantes. Pero tras vestirnos, volvimos a ser amigas. Amigas íntimas e inseparables.