1. Una puta con cara inocente


    Fecha: 02/02/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... juntaba para mamar ambos pezones a la vez. Una de sus manos tocaba mi entrepierna, solo cubierta por unas mallas y una falda.
    
    Mamaba delicioso, sus manos se movían como nunca otro hombre me había tocado. Después el sueño se adelantó en un segundo, donde ya estábamos desnudos, él colocaba su pene, uno que no había visto aún y lo metió dentro de mí. Mis piernas rebotaban a mis costados con cada penetración. Se sentía bien, muy bien, estaba caliente, excitada, solo quería que esa sensación nunca parara.
    
    El sueño dio otro saltó, ahora yo estaba de perrito y él abría mis nalgas cuidadosamente. Colocaba ese pene que aún no había visto en la otra entrada y con una facilidad que solo en sueños sucedía, lograba penetrarme por atrás con fuerza pero delicadeza.
    
    Tras varios minutos, por fin sentí que terminaba, sentí como fluía su semen en mis entrañas, era cálido, húmedo, abundante, yo estaba muy feliz. Siempre preferí que los chicos se vinieran en mis entrañas, adentro de mi culo, porque así no había riesgo de embarazo y Luis lo había hecho a la perfección.
    
    Desperté unos 30 minutos antes de lo normal e inmediatamente procedí a masturbarme nuevamente. Estaba muy caliente así que busqué un regalo que una amiga me había dado (Luego explicaré la historia de este regalo), era un dildo doble, una parte más gruesa que la otra, porque una era para la vagina y la otra para el ano.
    
    Sin pensármelo, me deshice del pantalón del pijama y la ropa interior y en la cama, empecé la doble ...
    ... penetración con el hambre de un náufrago. Una mano movía el dildo para producir las 2 penetraciones mientras la otra sobaba mis pezones con rudeza.
    
    Y así, continué hasta que un nuevo orgasmo llegó a mí y por fin tras casi 30 minutos, di un suspiro largo y profundo, que indicaba que era la hora de desayunar.
    
    Pero, aún tras toda esa carga sexual, el lívido no hizo más que aumentar, por lo que ese día por la tarde, cuando iba hacia la escuela, no podía dejar de pensar en el sueño, en el sexo, en que me iba a masturbar en la noche en cuanto llegara a casa… y en Luis, que ya podía aceptar que me gustaba y mucho más de lo que me había gustado antes un hombre a primera vista.
    
    Y todo este en sueño, de pronto se vio destruido por una escena triste.
    
    Entonces lo vi a él, en cuclillas en el piso, sosteniéndose el estómago, su morral estaba en el piso, sus cuadernos por todas partes. Un grupo de chicos con nuestro uniforme corrían en grupo alejándose. Luis sostenía su estómago, buscando aire, con los ojos saltados y una mueca de dolor.
    
    -¡Luis!- le grité a la distancia mientras corría para llegar. -¿Estás bien?-
    
    Él dio un sobresalto, sorprendido, como no esperando mi presencia.
    
    -¿Ah, pero si es la señorita Annie?- contestó tratando de disimular.
    
    -¿Qué te hicieron esos idiotas?- contesté enojada, preocupada, noté que había sangre saliendo de su labio.
    
    Él levantó los hombros y sonrió, poniéndose de pie lentamente.
    
    -Así… nos llevamos… -atinó a responder, no muy ...
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