Persuasión a la perversión (I)
Fecha: 04/02/2022,
Categorías:
No Consentido
Autor: Alexonicex, Fuente: CuentoRelatos
... pregunté.
—No, no, es para ella sola —dijo con rintintín, él no iría a vivir a semejante tugurio.
Le expliqué, a ella, las condiciones. Y él se lo volvía a explicar otra vez añadiendo algo más que se inventaba haciéndose el listo, y yo con gusto lo desmentía. Me miraba con desprecio pero al final se calló y nos dejó hablar. Cabe decir que no lo volví a ver por el piso durante toda mi estancia. No sé si no quería volver a pisar ese piso o si ella lo mandó a la mierda, aunque espero que sea lo segundo.
Así pues estuvimos tres personas en el piso. Dos chicos y ella, aunque el tercero solo estaba entre semana por trabajo y los fines de semana se volvía a casa.
La verdad, si hubiera estado en esta situación hace unos años, iría con una erección por casa todo el día. Su atuendo por casa era una camiseta de tirantes que se le veía toda la forma del pecho y unos shorts deportivos. Y aunque no tenía ganas de tirármela, si que fantaseaba con ella en la intimidad.
Empezamos una vida normal de compañeros de piso, a veces salíamos a tomar algo y conocimos más gente y en otras ocasiones nos quedábamos en casa viendo pelis. Parecía una vida de pareja, pero a medida que la iba conociendo mejor, me caía peor. Todo lo que tenía de sexy lo tenía de tonta. No reflexionaba o pensaba sobre las cosas que hacía. Al principio pensaba que se hacía la tonta, pero con el tiempo me fui dando cuenta de que no. Poco a poco fui marcando distancias, y cuanta más distancia marcaba, más ...
... cariñosa se ponía intentando contentarme.
Un día que le dije que me escaqueé de nuestro viernes de película alegando que estaba cansado y que me iba a dormir, me animó a ver un capítulo con un colacao e irme a dormir después. Para tampoco ofenderla ni discutir dije que vale. Así se introdujo una nueva rutina, con la cual curiosamente, empecé a dormir mucho mejor, aunque a veces me despertaba con un dolor de huevos increíble.
Al principio no le di importancia, sueños eróticos o húmedos los tiene cualquiera, sobre todo con un bombón como Sarah en casa, aunque ya me desahogaba bastante pensando en ella. Pero empezó a ser lo bastante recurrente como para llamarme la atención y ya considerarlo fuera de lo normal. Empecé a hacer una hoja de rutina a ver qué podía ser el detonante, y anoté cuando me despertaba bien y mal, y todo lo que hacía antes. Encontré un patrón, el colacao que me hacía Sarah cuando veíamos series.
Me sentía paranoico. No entendía que podía tener que ver, pero por probar, la siguiente noche me escaqueé a la cocina alegando que estaba demasiado frio y me preparé uno nuevo.
A la media hora de irme a dormir, entró Sara a mi habitación. Estaba despierto pero me seguí haciendo el dormido. Llevaba una pequeña linterna y se acercó a mi cama, notaba su presencia y la luz. Me movió un poco, como comprobando que estaba dormido y yo interpretaba mi papel. Dejó la linterna en la mesa y me cogió la mano y se la llevo a su pecho, suspirando y apretándome la mano con la ...