1. Con mi tío por años 2


    Fecha: 02/06/2018, Categorías: Incesto Autor: olimpo, Fuente: SexoSinTabues

    ... estar dentro tuyo y acabar en ti, pero eres muy chico aún y no quiero hacerte daño. Lo que has visto en las películas son personas adultas que pueden resistir esas cosas, pero a ti te haría mucho daño. Cuando me dijo eso, me sentí decepcionado, pero tranquilo a la vez. Yo ya sabía lo que era tener un pene adentro y que acaben ahí, pero era verdad que su pene era más grande que los que había probado, así que no insistí, porque me hizo sentir bien saber que él me cuidaba. Luego de casi un minuto así, Claudio se levantó de encima de mí y se pone de pie (ambos aún estábamos con el pene a mil, palpitando y a punto de estallar) y me dice: C: No puedo metértelo, pero tengo una idea para que la pasemos bien. Sonriendo, toma mis piernas y las pone estiradas de vuelta sobre la cama. Vuelvo a quedar como estaba antes (boca arriba con mi pene y cuerpo mirando al cielo raso de mi habitación) cuando él me refregaba con el alcohol. Me quita el pijama, el bóxer y la polera (mientras respiraba fuerte y excitado). Después sigue con su polera, se la quita, la tira al suelo y termina de desnudarse quitándose los jeans, calzoncillo y calcetines. Yo no podía dejar de mirarlo, ahí estaba mi primer hombre, el que me había enseñado lo rico del sexo hace 6 años atrás, completamente desnudo en frente mío con ese cuerpo hermoso de siempre y ese pene delicioso y gigante. Después de desnudarse, despacio, se tira sobre mí, poniendo su pene entre mis muslos. Mi pene quedó presionado a la altura de su ...
    ... pelvis, mientras que el suyo estaba un poco más abajo de mis testículos (como dije antes entre mis muslos). Ahí estábamos los dos frente a frente en mi cama, desnudos y calientes como dos potros. Sentía el calor de su cuerpo sobre el mío, pero aun así temblaba (era la excitación). Él nos tapó sólo con la sabana y continuó con caricias en todo mi torso. Algunas veces sus caricias iban tan abajo que rozaba la cabeza de mi pene con su mano derecha, mientras que con la izquierda acariciaba mi pelo y cara, mientras besaba mi frente (Cabe destacar qué Claudio no me besaba en la boca, aunque yo intentaba que llegase a eso). Toda esta escena era en silencio (aún ahora que lo recuerdo me pone a mil) sólo se escuchan nuestras respiraciones de hombres excitados, tan calientes que comenzamos a transpirar. Nuestros sudores se mezclaban mientras las caricias seguían, ahora por parte de los dos. Poco a poco comencé tocando su espalda sudada con mis dos manos, bajé despacio hasta llegar hasta tu culo (nalgas). Antes sólo las había visto (hace 6 años y después por sobre el pantalón) y me preguntaba cómo se sentían. Eran deliciosas, grandes y peludas, ni duras ni blandas, eran perfectas. Las apretaba con ambas manos y cada vez que hacía eso sentía un gemido de Claudio. Así estuvimos tocándonos por casi 5 minutos, hasta que Claudio se comenzó a mover su cintura como si me la estuviera metiendo. Se movía de una manera alucinante, de arriba hacia abajo, en círculos, y lo mejor era que cada vez que me ...
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