1. La mejor de todas las putas


    Fecha: 15/02/2022, Categorías: Infidelidad Autor: erostres, Fuente: CuentoRelatos

    ... elegantes. No tenían aspecto de asesinos ni de secuestradores. Uno de ellos parecía un crío; no tendría más de veinte años. Los otros dos rondarían los cuarenta y tantos. Los tres lucían una enorme sonrisa y la miraban con lascivia.
    
    —¿Ya tienes las instrucciones, guapa? —preguntó Sebastián.
    
    —Sí, estoy a sus órdenes, lamento que haya tenido que comprobarlo.
    
    —No te preocupes, eso ya es historia. Ahora baila para nosotros mientras te quitas la ropa. Supongo que ya sabes que eres una mujer preciosa
    
    Marta se movía torpemente como si estuviera bailando mientras sus manos recorrían los muslos para subir la falda. Después se quitó la chaqueta intentando moverse sensualmente. Poco a poco fue ganando confianza al ver que la miraban con lujuria. Los gestos empezaron a ser realmente eróticos.
    
    El más joven se levantó y rodeó la mesa para ponerse a su espalda. Marta estaba paralizada y seguía de pie con los brazos apoyados en la mesa. Los brazos del joven entraron bajo su blusa, las palmas se apoyaron sobre los senos de Marta que sentía algo duro presionando sobre sus nalgas. Ella notó como le desabotonaban la blusa tirando de ella para dejarla totalmente fuera de la falda. Los dos hombres que estaban frente a ella babeaban ante la visión de esos dos hermosos pechos forrados de fino encaje negro. El joven remangó la falda hasta la cintura donde quedó enrollada. Marta sintió un beso en el cuello y le llegó un aroma de colonia varonil que la confundió. El miembro hinchado ...
    ... seguía presionando su culo. Una mano acarició su vientre y se deslizó bajo el elástico de la braguita. Los dedos jugaban con el escaso vello púbico. La otra mano tiró de los aros del sujetador para acceder a los senos, primero uno y después el otro. Los pezones ya estaban duros y henchidos antes de que las yemas de los dedos empezaran a jugar suavemente con ellos.
    
    Marta estaba aturdida y confusa, no entendía como su cuerpo podía traicionarla de esa manera. No debería tener las braguitas húmedas, ni los pezones erizados. No debería de estar deseando que ese pene duro que notaba sobre sus nalgas la penetrara. No debería, no estaba bien, no lo entendía… Era tan solo un desconocido que apenas le había proporcionado algunas burdas caricias.
    
    El joven le quitó la blusa para abrir el cierre del sujetador, las copas quedaron inertes sobre los pechos. El sujetador fue retirado con suavidad. Aprovecho para recorrer su torso hasta llegar bajo esas pequeñas pero suaves y duras tetas. Fueron acariciadas, amasadas y apretadas con ansia mientras sus pezones recibían pellizcos y eran estirados.
    
    En ese momento se abrió la puerta y entró Paula, que se quedó boquiabierta al ver la escena. Pidió disculpas y salió rápidamente sin decir nada. Se marchó enfadada porque la hubieran reemplazado por otra puta con tanta facilidad. Sólo había llegado treinta minutos tarde… Mientras andaba irritada hacia la salida de las oficinas echó una mirada furibunda a Lucía; seguro que ella había tenido algo ...
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