La mejor de todas las putas
Fecha: 15/02/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: erostres, Fuente: CuentoRelatos
... encontró lo que buscaba, un condón lleno de leche. Ya no había ninguna duda. «Los mataré», pensó mientras salía con el preservativo en la mano.
Lleno de ira se dirigió a su despacho, extrajo la pistola de la caja fuerte y automáticamente verificó el cargador y lo montó. A Carlos Palacios no le podían hacer eso, iban a pagar por ello. Bajó las escaleras impetuosamente con el condón en una mano y la pistola amartillada en la otra. Escuchó las voces que procedían del jardín y se fue hacia allí.
Todos se quedaron petrificados al ver entrar a Carlos con la pistola en la mano y lo ojos inyectados de sangre. A pocos metros de distancia se detuvo y tiró con rabia el condón hacia Marta, este se quedó enganchado entre sus senos.
—Te dije que te mataría si volvía a suceder, zorra desagradecida. Te lo dije —gritó Carlos fuera de sí.
—Me lo pediste tú, yo no tengo la culpa de nada. Seguía tus órdenes —contestó Marta aterrorizada ante ese mortífero cañón que le apuntaba a los ojos.
Al sonar el disparo los pájaros alzaron el vuelo. Marta se llevó la mano al pecho y notó la humedad que lo cubría. Miró a los ojos de Carlos y vio odio mezclado con dolor. El tiempo parecía haberse detenido y seguía viva. Marta quiso saber el alcance de su herida y bajó la mirada. Estaba empapada, pero no de sangre. Era vino granate lo que la cubría. Carlos había fallado, tan solo había atinado a una botella de vino. No ...
... podía creer en su suerte. Carlos era un tirador excepcional. Mientras asimilaba la nueva situación observó cómo su marido caía al suelo como un tablón, como un saco de patatas inanimado. Ante los ojos de la asombrada Marta apareció un asustado Pedro blandiendo una enorme sartén de color rojo.
*****
El autor me ha pedido que escriba unas líneas antes de publicar el relato. Quiere saber qué pasó después de que él acabara de contar la historia. Soy Marta Palacios, y lo haré con mucho gusto:
La relación con mi marido volvió a la normalidad. Bueno… quizás no sea la situación más normal del mundo, pero nosotros somos felices. En la empresa no hemos vuelto a contratar más prostitutas. Siempre fue un trabajo que me gustó hacer personalmente. La inocente de Lucía piensa que ya no las usamos porque yo lo prohibí, al descubrir como las usaban.
—«¿Qué pasó con Sebastián y su mujer?» —Os preguntaréis— Pues aunque cueste de creer, Sumi y sus chicos han de pasar como mínimo una vez al mes por su casa, pero no les gusta saber cuándo lo harán, prefieren ser sorprendidos…
Mi marido entró en un coma del que no creo que salga nunca más. Está instalado en una habitación desde la que puede ver la piscina y el jardín. A veces cuando hago el amor con los chicos jóvenes sobre el césped, parece que quisiera decir algo, pero deben ser imaginaciones mías.
Y como os decía, todo volvió a la normalidad…
erostres