1. Lo que toda putita quiere


    Fecha: 15/02/2022, Categorías: Hetero Autor: Vanesa2020, Fuente: CuentoRelatos

    En mi historia anterior ‘Una putita indecisa’, conté los detalles de cómo fue que acabé entrando al cuarto de mi compañero de casa, que tenía como un mes de haber llegado a vivir y con quien casi no tenía amistad. Debo admitir que, aunque casi no habíamos hablado, porque él trabajaba todo el día y solo llegaba a dormir, desde la primera vez que lo vi, me dejó muy inquieta por el paquete que se le notaba entre las piernas. Y ahora, hacía unos pocos minutos, había yo comprobado que mis sospechas eran correctas, que tenía una verga deliciosa de casi 20 centímetros.
    
    Esa noche yo estaba muy caliente, con muchas ganas de coger, porque mi novio, que se acababa de ir hacia menos de diez minutos, interrumpió la cogida que me estaba dando, porque tenía prisa por irse, pues tenía una reunión importante al día siguiente. Así que un poco molesta dejé que se fuera y ahora me disponía a ir a dormir a mi cuarto, que estaba en el tercer piso de la casa. Al ir subiendo las escaleras, se me hizo raro que el cuarto de mi compañero de casa estuviera abierto y con la luz encendida, pues ya eran más de las 2 de la madrugada. Lo primero que pensé es que se había quedado dormido, por lo que me dispuse a hacer mi buena obra del día. Entré un poco buscando el apagador y de manera involuntaria miré hacia donde estaba la cama.
    
    La imagen que vi fue muy provocativa y perturbadora. Ahí estaba mi compañero de casa, boca arriba, aparentemente dormido, con un bóxer negro ligeramente bajado, dejando al ...
    ... descubierto su verga completamente erecta. Retrocedí lentamente sin apagar la luz, esperando que no me hubiera escuchado y me dispuse a continuar subiendo las escaleras hacia mi cuarto, como si nada hubiera pasado. Habría subido unos seis escalones cuando empecé a dudar de si estaba haciendo lo correcto.
    
    Ahí estaba yo a medio camino sin saber que hacer. Me dije a mi misma que ya era tarde, que debía dormir, pero mi panochita empezó a palpitar recordando la rica verga de casi 20 centímetros, que había visto unos segundos antes y que no estaba dispuesta a ignorar. Por otra parte, mi novio ya se había ido y no se iba a enterar. Pasé mi mano por mi panochita que estaba totalmente depilada y la encontré completamente mojada y deseosa de verga. Como comenté en el relato anterior, debajo del vestido no llevaba nada puesto, pues la tanguita que usé en la tarde, se la había llevado mi novio. Me dije a mi misma que si mi novio hubiera completado lo que empezamos, no estaría tan caliente y que si le era infiel sería su culpa. Y ya no hubo vuelta atrás. Llena de deseo, regresé sobre mis pasos y entré otra vez al cuarto, cerrando la puerta detrás de mí
    
    En cuanto cerré la puerta, a pesar de ir vestida como toda una putita, con un vestido negro, corto y entallado, con zapatillas y ya sin tanga, comencé a idear una justificación para no verme tan putita y deseosa de verga. Así que mi primera reacción fue quedarme quieta de espaldas a la puerta. En cuestión de segundos, al escuchar el ...
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