La bella y la bestia
Fecha: 25/02/2022,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Mario Emanuelle, Fuente: CuentoRelatos
... músico, rara combinación. Se ubicaron alrededor de una mesa rectangular para compartir algunas bebidas y la charla correspondiente. Pasaba el rato y no había mucho avance, los temas iban pasando sin nada que ver con el que les había convocado, hasta que Mario premeditadamente, antes de la retirada que veía inevitable, se dirigió al baño. Demoró unos minutos más de lo normal y cuando salió, los vio bailando, muy abrazados a un lado de la mesa, comiéndose la boca.
Sabedor que a Teresa cuando le ponen una mano encima se le encienden los motores, en ese instante supo que habría novedades, solamente faltaba conocer el desarrollo y el resultado, pero seguramente habría acción.
Alfredo tomó de la mano a Teresa y juntos, caminaron hacia un rincón del apartamento donde había un juego de living entre los bafles y algunos artefactos de iluminación. El ambiente estaba distendido, con música suave de fondo, media luz y se sentaron en un sofá donde siguieron adelante lo que habían comenzando mientras Mario se sentaba de frente a ellos, bebiendo su whisky. Las prendas de su mujer fueron cayendo al piso hasta que desnuda, quedó parada con Alfredo a su frente, ya sin camisa, con el pantalón desabrochado, cayendo también al suelo y Mario detrás de él ya desnudo, besándole la nuca y punteándola con su verga entre las nalgas.
Alfredo: ¿Señora, sería usted tan amable de flexionar sus rodillas y abrir la boca así le meto mi pija para que me la chupe?
Teresa: Siii, si, claro, ahhh! que ...
... rico!!
Pasaron al dormitorio donde había una cama grande y mientras Mario se recostaba y su mujer se estiraba para besarlo en la boca, dejaba su culo en pompa mientras Alfredo terminaba de sacarse la ropa y agregaba dos características muy personales a su figura: vello abundante en todo el cuerpo, especialmente en pecho y espalda y una verga gruesa y larga que recién comenzaba a erguirse. Teresa fue bajando por el pecho de su marido hasta llegar con su boca a la verga y comenzar a mamar.
Alfredo sin lentes, metió la cabeza entre las nalgas de Teresa y comenzó un festival de lengua entre su concha y el ano que la fue enloqueciendo de a poco, dando comienzo a una serie de orgasmos sin solución de continuidad, hasta que Alfredo ya con la verga dura, se puso un condón.
Alfredo: Putita, te voy a coger toda la noche, le dije a tu marido que no te ibas a arrepentir de venir y soy un tipo de palabra. Dame esa conchita divina que tenés que te la voy a llenar de carne, ¿querés que te coja mi amor?, ¿Querés que te la dé bien por adelante y después te coja bien cogida por el culo para que vea tu esposo lo puta que sos?
Teresa dejó por un instante de chupar a Mario y respondió: "me estás enloqueciendo, me encanta tu pija, haceme lo que quieras, estoy caliente como nunca estuve!"
Alfredo entró suavemente en Teresa y cuando estuvo totalmente en su interior empezó de a poco a acelerar el vaivén para hacerla delirar, retirando su verga de adelante para entrar por el ano de la ...