1. Mi madre como profesora


    Fecha: 02/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Escritoaburrido, Fuente: CuentoRelatos

    Inicio.
    
    Mi historia comienza cuando un desafortunado evento se presentó una mañana; mi vida, mis costumbres, incluso el amor únicamente maternal que sentí por ella, por mi madre, se puso en duda. En una mañana cualquiera, tras despertar y ver en mi escritorio una computadora nueva y encima de ésta un play 4 con el juego FIFA, corrí inundado de emoción y gratitud en busca de la responsable. Quién más podría ser sino mi madre, me dije en mis adentros mientras recorría el pasillo para llegar a su habitación.
    
    Una vez atrás de la puerta no dude en absoluto y giré la perilla con fuerza y mucha alegría, y fue ahí, en ese momento que mi ideal hacia mi madre sufrió una modificación. La vi de espaldas a mí con su braguita blanca entallada en su espectacular, muy macizo, grande e impresionante culazo; fue la primera vez en mi vida que lo vi así, tan expuesto y tan frágil. Ella no notó mi presencia, estaba muy entretenida subiéndose su short verde con un esfuerzo descomunal; agitaba ese par de nalgas con fuerza y brusquedad, la tela una vez en contacto con su hermosa piel no se despegaba.
    
    Mientras ella seguía en su lucha, pude percatarme del color, forma e incluso de los más pequeños detalles de aquel monumento, era uno en serio hermoso con pequitas distribuidas por todas las zonas de sus nalgas, unas muy lindas que contrastaban en color con su piel blanca.
    
    Aún embobado por su increíble cola de infarto apenas fui capaz de responder a las preguntas y reproches de mi madre, ...
    ... quien ahora me miraba con sorpresa y cierto enrojecimiento en su rostro
    
    —¿Pero qué haces ahí José? —me dijo sorprendida—. Me asustaste jajaja
    
    —Lo siento madre, sólo vine a... —vi como ella, después de un gran esfuerzo se terminó de subir su leggin negro, pero para hacerlo tuvo necesariamente que encorvarse, levantar su culazo y jalar la prenda—a... agradecerte por los regalos que me diste
    
    —jejeje, ¿te han gustado? —preguntó
    
    —Claro jeje —dije nervioso mientras despegaba mi mirada de esas nalgas.
    
    Mirando a mi alrededor (noté que ella también tenía una compu nueva) —¿pero por qué tan de repente se te ocurrió? —Pregunté.
    
    —Jajaja —rió mientras giraba—te los compré porque siempre te has portado bien-se aproximaba con ese andar tan suyo- y ante mis ojos eres el mejor hijo del mundo —se detuvo justo en frente de mí- siempre tan servicial, educado y protector y aunque tu padre pasa mucho tiempo trabajando tú nunca te has quejado ni has cambiado tu amor por él- tomó mi mejilla con esas hermosas manos y apretó con fuerza—peeero si quieres los devuelvo ehh jajaja
    
    —No no no —dije preocupado mientras me sobaba el cachete—. Me han encanto jajaja —reí nervioso, no obstante no pude evitar sentirme avergonzado por haber sentido aunque sea un par de segundos un deseo incontrolable por ella y su magnífico cuerpo.
    
    Ella a pesar de vivir con lujos y sin necesidad de trabajar decidió por su propia voluntad iniciar un empleo en la escuela preparatoria privada del vecindario, en ...
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