Mi madre como profesora
Fecha: 02/06/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Escritoaburrido, Fuente: CuentoRelatos
... sobando despacito sus hermosos muslos.
—¿Pero qué dices? ¿Hablas en serio? —escribí ya sin compostura
—¿Con el intendente? —preguntó Alejandro—. Pero si él está todo fofo y sudoroso, siempre está sucio y tiene sus dientes amarillos, además ese bigote está gracioso, lo tiene al estilo del siglo XVIII
—jajaja síi con él mismo —contestó Ramiro
—Pero sí tú estás igual jajaja —contestó Luis
(Mi amigo Alejandro es un muchacho gordo, con rasgos finos pero muy hinchados)
—Sí, PERO lo mejor era la expresión de la maestra jajaja
—¿Cómo era? —pregunté
Tenía su carita tan bonita roja como un tomate, con los ojos y su boquita abierta, pero no te dejes engañar, ella estaba con una media sonrisa ehh; el intendente por su parte, estaba hincado a la altura de aquel culazo
Yo ya no escribí nada
—Pero alcanzamos a oír un poco de la conversación jajaja —dijo Ramiro
—¿En serio? ¿y qué dijo? —Preguntó Alejandro
—El vejete con su voz grave y rasposa y con lentitud dijo algo así:
—Angélica de mi vida… mi linda Angélica… mi Ángel, usted me preocupa mucho… (El dichoso no paraba de sobar la carne blanca) me aterra que se queme su linda piel… (Seguía distribuyendo la crema) usted pasa mucho tiempo bajo el sol… pero por suerte traigo bloqueador… —dijo Rogelio
—Gracias Don Rogelio —Decía la putona sin perder la sonrisa—No sé qué haría sin ti, seguro me quemaría toda, le debo una
—Ya encontrarás la manera de pagarme… no te preocupes —la cara de vicioso del ...
... suertudo no se la quitaba ni Dios jajaja
—Mmm… sus dedos los tiene muy grandes y calientitos —dijo Angélica
—nosotros vimos cómo la manoseaba lento, el vejete se tomaba su tiempo; por lo visto le puso también bloqueador sobre los brazos, pues estos estaban humedecidos por la crema, pero no lo vimos porque llegamos tarde, aunque sí la mejor parte ehh —dijo Ramiro
—¿Cuál? —pregunté con un caos en mi mente
—Cuando el dichoso con sus dedos en medio de sus muslos interiores comenzó con un movimiento frenético que ocasionó que la maestra se encorvara y, hasta podríamos jurar, que se excitara, ya que su carita eso demostraba; el movimiento era tan intenso que estamos seguros sus dedotes tuvieron necesariamente que tocar su vagina por encima de short—dijo Luis
—¡Don Rogelio! —gritó Angélica—. No sabía que eras tan bueno poniendo bloqueador
—No tienes ni idea de lo que soy capaz —dijo el intendente
—No me lo creo —escribí
—Te decimos la verdad —dijo Ramiro
—¿Y entonces qué pasó? —preguntó Alejandro
—¿Y de qué eres capaz? —preguntó la maestra
—entonces el intendente aún con el movimiento frenético, el cual tuvo que sentirse de lujo, pues Angélica tenía los ojos cerrados, aprovechó la docilidad de la profesora para con la plama de su mano libre primero tocar sus nalgas y luego amasarlas; se notaba la habilidad del señor jajaja, no por algo es el albañil de ahí.
—Mi ángel… desde la primera vez que la vi trotando con esas prenditas… desde que vi sus nalgotas ...