1. Mi madre como profesora


    Fecha: 02/06/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Escritoaburrido, Fuente: CuentoRelatos

    ... pompas expuestas se flexionaba en el piso a paso lento meneando su cadera, e incluso me imagine la reacción de aquel desdichado, seguro una de alegría y asombro por mirar en primer plano lo que tanto le encanta, esas nalgas regordetas —¡Maldición! —exclamé dentro de mí. Y de pronto, aún con esa situación hipotética creada en mi cabeza, sin saber la razón, me imaginé a mi madre sonriendo, como si supiera que aquel pervertido la miraba
    
    ¿Será posible? —me pregunté—. ¡Ya me estoy volviendo loco!
    
    ¿Y si ella, después de su rutina, se metió a la ducha? ¿Y si después de bañarse se encuentra con él en medio del pasillo; ella con sus típicas toallas cortas, una cubriéndole la parte de sus pechos hasta la mitad de sus muslos humedecidos, y la otra enredada en su cabello, dejando sólo su flequillo mojadito? Y lo peor de todo, ¿y si ella se asusta tanto cuando lo vea ahí parado con su sonrisa de demente y sus ojos de loco, que en un arrebato suelte las toallas y sin querer muestre su desnudez?
    
    —¡No puede seeer! —ya estaba hasta sudando
    
    —¡GOOOL! —gritó Luis— regresé a mi presente
    
    Luis estaba celebrando con los brazos alborotados
    
    —Vamos 2-1 jajaja —dijo burlón—. Tu papá ganando jajaja
    
    Me costaba recuperar la compostura, pero debía controlarme porque si ellos descubrían mi estado, sería cuestión de tiempo para que todo se descontrolara
    
    —Está bien, me has ganado, ahora déjame ir al baño —le dije
    
    —jajaja, ¡ve! —me contestó
    
    Alejandro, por su parte me observaba con ...
    ... esa miradita de detective, con los ojos penetrantes. Quizá sospechaba algo
    
    —¡He barrido el césped contigo jajaja —dijo eufórico mientras me alejaba de ellos—. ¡Pensé que me darías más lucha jajaja!
    
    —¡Sabes que te di chance! —Le grité enojado
    
    —jajaja, lo que tú digas campeón —me contestó
    
    Nervioso me encaminé de inmediato al gimnasio, quería saber si mi madre seguía ahí, pero cuando llegué no la encontré, ¡No estaba!
    
    Con una sensación de angustia y duda me dirigí a varias partes de la casa: ya en el corredor del segundo piso, en el que conecta tanto mi habitación como el de mi madre y el baño, escuché sonidos extraños; velozmente, pero con cuidado fui. Mientras me dirigía, me percaté con asombro que Ramiro estaba ligeramente inclinado, dándome la espalda
    
    Pero qué cojones hace ahí —me pregunté
    
    ¡Estaba mirando por la puerta del cuarto de mi mamá!
    
    ¡No puedo ser, seguro ya lo sabe! ¡No! ¡No! ¡Noo! —gritaba dentro de mí
    
    Mientras la ira me poseía, a paso firme me aproximé a donde estaba él, entre más cerca, más nítida era la escena; el desgraciado estaba tallándose su entre pierna encima del pantalón
    
    ¡Ese pervertido me las pagará! Sin embargo, justo cuando iba a increparlo, se me ocurrió una idea descabellada ¿y si lo dejo ahí? —me pregunté. Así sabré por fin si mi madre es tan promiscua como dicen. Ya no puedo perder nada, él ya lo sabe, pero aún hay una esperanza. Cuando vea que mi madre es una mujer con pudor y contraría a los que él inventa y piensa, ...
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