¡Mi amigo es un ligón!
Fecha: 02/03/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... respondo, ya que no la he oído. Mis sentidos están concentrados en mirar aquella abertura maravillosa, que me permite ver sus piernas y al final sus bragas. Algo se revuelve en mi pantalón.
"Ya veo que aunque jovencito, eres algo viciosillo… y te gusta mirar, eh?", dice ella sabiendo que me ha pillado “in fraganti”.
Instintivamente, me llevo las manos al pantalón para taparme el bulto que ha ido creciendo, al tiempo que un intenso calor me sube para sacarme los colores en la cara.
- "No te preocupes… es normal, a tu edad se tienen todas las hormonas revolucionadas. Me hace recordar que hace unos años a mí también me sucedía”, “me siento bien cuando veo que todavía causo un poco de emoción a un jovencito yogurin como tu”.
Se desabrocha los botones hasta la cintura mientras yo empiezo a alucinar ante tan maravillosa visión.
- “Si realmente eres como me imagino, te puedo enseñar cosas que te van a servir mucho para este verano y para el resto de tu vida", continua diciendo captando toda mi atención.
Supongo que de mis ojos saltaron chispas, cuando ella se levantó y vino hacia mí. Terminó de desabrochar lo botones y como si del telón de un teatro se tratase, lo separó y me puso delante, aquel cuerpo tan espléndido con el que siempre había soñado.
- "Anda, ven y tócame un poco", dijo. Me cogió la mano y se la puso sobre su pecho.
¡Qué sensación tan placentera", todo me parecía imposible, como fruto de mi imaginación. Se agachó, y me desabrocho los ...
... pantalones, tirando a continuación de ellos.
Mi polla apareció entonces dura y empinada como nunca antes la había tenido. Con suavidad y delicadeza, me la cogió y froto lentamente. Tras unos segundos, no pude aguantar más, y me corrí abundantemente.
- "!Uy, que lastima", dijo mientras quiso con naturalidad limpiarse la mano.
Además de que mis piernas flaqueaban por el intenso orgasmo que había tenido, sentí derrumbarse mi orgullo de macho.
- "No te preocupes… ven…ya verás cómo lo arreglamos", me decía mientras me condujo hacia la habitación. Se desnudó completamente. Nos tumbamos en la cama y empezó a acariciarme el pecho, desplazando su mano poco a poco hacia mi vientre y luego hacia la polla, que aunque la tenía grande, había perdido su dureza.
Con maestría, empezó a sobarla y poco a poco se fue poniendo dura… dura… dura.
- "¡que hermosa la tienes!", dijo entre dientes. Esto me terminó de animar y recobré parte del orgullo perdido.
Ahora sí que me sentía como un jabato. Envalentonado, me puse encima de ella con ánimo de penetrarla lo antes posible. Torpemente, dirigía con la mano la polla que no lograba encontrar el sitio deseado. Ella, abrió más las piernas y me ayudo con su mano a encontrar el camino correcto.
Que calorcito tan placentero y que agradable opresión alrededor de la polla. Quise empujar, meter y sacar, y volver a meter pero…. nuevamente me corrí sin control.
Esto sí que me tiró por tierra. Por una parte tenía el cuerpo descompuesto del ...