Sexo por despecho
Fecha: 08/03/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: ogarcia, Fuente: CuentoRelatos
Lluvia, lluvia y más lluvia…
Recién leí de sequía en el mundo y al parecer por este rumbo no se habían enterado, a buena hora elegí manejar cuando pude haber tomado el vuelo…
Al menos la vía se encontraba despejada y el par de golpes que había dado a mis neumáticos me respondieron el porque de ello.
Casi al llegar a la intersección, y sin señalamientos de por medio, pude ver un auto que se encontraba detenido al finalizar una curva; mi acción refleja fue pisar el freno esperando que la distancia fuera la suficiente para lograrlo. Por centímetros pude evitar el golpe, ¡menudo susto me llevé!
Instantes después, y luego de recuperar el aliento, bajé del auto; con enojo evidente avancé en dirección al conductor para reclamar su imprudencia, ¡a nada estuvo de presentarse un accidente por su culpa!
A un palmo de llegar a su costado bajó el cristal de su ventana…
-¡Por favor perdóneme!
Mi enojo disminuyó al instante, no pensé el encontrarme frente a una mujer con muestras claras de nerviosismo en un lugar tan alejado de todo.
-¿Te encuentras bien? –dije en un tono calmado –deberías mover tu auto porque puedes provocar un accidente.
-¡Es que solo se apagó y no quiere encender!, tengo algún tiempo intentando; ¿puede ayudarme a revisarlo?
-Aquí es peligroso –dije –quita velocidad y freno y lo movemos a un lado del camino.
-Si, gracias.
Después de mover su auto y regresar por el mío para aparcar a su lado me acerqué a su costado.
-Mira, no sé ...
... nada de mecánica y menos con esta lluvia encima, si gustas puedo llevarte al siguiente pueblo; si mal no recuerdo está a unos veinte minutos de aquí.
-Gracias, pero no quiero dejar mi auto.
-Como quieras, pero no creo que pase alguien por aquí en algún tiempo, suerte. –diciendo esto último, y dando vuelta para regresar, enfilé hacia mi auto.
-¡Espere por favor! –me gritó –si voy con usted.
Ya en el auto, y después de ofrecerle un paño, pude observarla con detenimiento; no mayor de 25 años, menuda de cuerpo y con un rostro hermoso bajo su frondoso cabello claro.
-Tome, gracias –dijo al entregarme el paño después de haber secado su rostro –me llamo Karen.
-Hola Karen, yo soy Arturo; mucho gusto.
-Y dime, ¿qué hacías por este rumbo tu sola?
-Voy a la casa de mis papás, no imaginé que me pasaría esto.
-Vamos entonces –dije avanzando –sirve que busco un lugar para cambiar mi ropa porque estoy hecho un asco.
-Discúlpeme, no era mi intención que se mojara.
-No es problema, traigo conmigo una muda de ropa; aunque por lo que veo te hace falta más a ti.
En ese momento tomó conciencia a mis palabras, tenía por vestimenta solo un corto vestido que, con el contacto del agua, se pegaba a su cuerpo mostrando lo que en teoría debería cubrir.
Pasé mi mano al asiento trasero tomando mi chaqueta, se la ofrecí sin decir algo.
-Gracias.
Avanzamos unos kilómetros cuando la lluvia se transformó en tormenta, los limpiadores apenas podían con la tarea de ...