Inesperado viaje a la frontera
Fecha: 09/03/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: rikardo, Fuente: CuentoRelatos
Nos conocimos de una manera inesperada, como suelen ocurrir las cosas que no se programan en la vida. Fue en un portal de internet de opinión y debate donde participaban personas de toda Latinoamérica. Tamara era mexicana, una profesional del área industrial de 28 años, casada hace cuatro, pero sin hijos. Yo vivo en Santiago de Chile, nos dedicamos a lo mismo, pero tengo 20 años más de edad.
Coincidimos en muchas cosas y puntos de vista, nos intercambiamos correos y en cierta manera nos fuimos haciendo amigos. Una cosa lleva a la otra y comenzamos a hablar temas más personales, me contó de su vida y su intimidad. Eran un matrimonio joven y Tamara no se encontraba satisfecha, con mi experiencia supe escucharla, entenderla y ganarme su confianza, los correos subieron de tono, comenzaron los mensajes por WhatsApp y las video llamadas cuando ella quedaba sola en casa, hasta que llegó el día que luego de una conversación muy caliente por video llamada le pedí que se desnudara.
Tamara a esta altura me complacía en todo lo que le pedía, primero se sacó la polera quedando en sostenes y luego bajó su buzo deportivo quedando solo con su tanga, era un conjunto blanco que la hacía ver más inocente y joven, su piel era como una porcelana, su pelo un suave rubio con brillos dorados, todo su cuerpo irradiaba juventud, le pedí que me bailara sensual y así lo hizo, luego le pedí que se sacara su sostenedor...
Quedé perplejo al contemplar sus pechos, eran de mediano porte, pero ...
... eran de una doncella que nunca ha amamantado, sus pezones eran perfectos, sus aureolas rosadas, a esa altura yo solo imaginaba estar ahí chupando ese par de tetas, estaba en mi casa a miles de kilómetros y tenía una erección salvaje, luego le pedí que se pusiera en cuatro patas sobre la alfombra de su casa y me mostrara todo su culo con su tanga blanca. Ahí yo no aguante más y comencé a masturbarme.
Tamara era delgada, pero con grandes caderas, estaba totalmente expuesta para mí, con esa ropa interior que contorneaba todos sus labios vaginales, en ese momento me enloqueció, su culo era perfecto, sus nalgas de piel rosada eran carnosas, su conchita era estrecha, solo quería estar ahí y montarla así mismo, en cuatro patas, mover delicadamente su tanga hacia un lado y partirle la panocha de un espolonazo, bombearla hasta reventar…
Le pedí que se levantara y se sacara la tanga. Lo hizo de manera muy sensual moviendo sus caderas hasta que quedó completamente desnuda para mi… Fue un momento que nunca olvidaré, comencé a masturbarme mirándola, acerqué la cámara a mi verga para que Tamara la pueda contemplar, hice un primer plano de mi glande, de mis huevos y de las venas del tronco, podía ver su cara totalmente desencajada, estaba excitada, el deseo se reflejaba en sus ojos y en su panochita que estaba hinchada y jugosa. Comencé a masturbarme para que Tamara pueda ver, para que vea como me masturbo pensando en ella, finalmente le pedí que se sentara en frente de la cámara y ...