1. Entre cactus y pavimento


    Fecha: 12/03/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Vicente84, Fuente: CuentoRelatos

    ... Le pregunté si el colchón era de esos duros antiguos y me dijo que me sentara, obviamente lo hice. Acto seguido estábamos los dos sentados en sobre su cama.
    
    Mi corazón empezó a latir con fuerza, ante la inminencia de lo que estaba por pasar. Nos miramos nerviosos, como en el primer acercamiento que tuvimos un par de horas atrás. Le toque la mano y luego seguí con su brazo, por la parte trasera. Le volví a bajar el tirante de su vestido para acariciar su hombro, me acerqué y empecé a besar ese cuello que me tenía totalmente cautivado. Su respiración se empezó a agitar rápidamente hasta que rompió su quietud y con fuerza me tomó la cabeza y nos empezamos a besar. Se rompió completamente la tensión entre nosotros, como si este fuera el estado natural y todo lo anterior una mera interpretación.
    
    Le seguí besando el cuello, mientras mis manos empezaban a confirmar lo bien formado que tenía su cuerpo. La acosté en la cama y la di vuelta, para besar su nuca y espalda, luego comencé a frotar mi pene entre sus nalgas para que sintiera la gran erección que estaba teniendo. Con su mano me agarró el pene por sobre el pantalón, estaba tan excitada que su respiración se comenzó a transformar en gemidos y eso que aun teníamos nuestra ropa puesta.
    
    Me levanté rápidamente para sacarme los bototos, ella sentada me soltó el cinturón para seguir con el pantalón. Agarró mi pene y sacando toda su lengua la empezó a recorrer por él, desde la base hasta la cabeza, con total convicción y ...
    ... soltura. Su genuino goce me excitaba enormemente.
    
    Le tomé las manos y la levanté, para luego agarrar sus nalgas con fuerza. Le saqué el vestido y empecé a besar sus pechos mientras se los masajeaba con una intensidad que solo iba en aumento.
    
    Nos acostamos de costado y volvimos a los besos, ahí empezaron a aparecer más miradas, palabras y matices en el desenfreno. Volvió a aparecer la nostalgia mezclada con la risa, el juego infantil y la ilusión del enamoramiento. Ella estaba en calzones y yo solo con una incansable erección con la que podía sentir el calor y la humedad que emanaba entre sus piernas.
    
    Volví a sus pechos, que sin ser grandes tenían gran presencia. Por el costado de estos podía sentir su piel erizada, desde ahí seguí bajando hasta llegar al hueso de su cadera. Le saqué suavemente el calzón que se encontraba empapado a esa altura y sentí el olor de sus fluidos. Ella empezó a tocarse, yo la acompañé recorriendo mi nariz por su cuerpo, pero dejando que ella se conectara con su propio placer. No hay nada que me caliente más que una mujer transpirando de excitación.
    
    Recorrí sus muslos y por la parte interior fui subiendo con besos hasta llegar su clítoris que se le podían sentir las pulsaciones. Con la punta de la lengua lo fui lentamente amasando, mientras la respiración de ella iba intensificándose cada vez más. Los gemidos fueron transformándose en gritos, las sabanas estaban empapadas, mi movimiento suave se transformó en un verdadero canibalismo. Le metí ...