Como yo te miro, no te mira nadie
Fecha: 19/03/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos
... que aprovechando que estábamos solos íbamos hacer algo especial en casa.
C- ¡A follar! -añado sin cortapisas.
Te pones colorada, pero es la verdad, habíais quedado a eso y tú sigues con un calentón tremendo, mientras yo no dejo de lanzarte piropos y de admirar tus piernas.
R- Sí, la verdad es que sí. Veníamos a eso... -contestas.
C- Y tú chico eligió la consola.
R- Eso parece.
Te preparo una copa para que te vayas soltando más, ya sé que el alcohol te desinhibe bastante... y también porque te sientes más relajada a mi lado. Resulto muy simpático y lo cierto es que charlando conmigo parece que nos conocemos de toda la vida. Resumiendo, te empezaba a gustar.
C- Entonces ¿venías preparada? -me vuelvo a preguntar.
R- Yo... sí.
C- A ver, cuéntame. Tengo curiosidad.
R- Me da vergüenza
C- Venga, en confianza, mujer. Es solo por hablar de algo. Hace meses que no tengo sexo y ya no sé si estoy caduco en eso.
La verdad que el hecho de saber que yo hace tanto tiempo que no estoy con una mujer te resulta morboso.
R- Pues aparte de esta ropa que llevo hoy... la que se ve, me dices.
C- Que te sienta de maravilla, por cierto –apunto y entonces apoyo mi mano entre tus muslos y acaricio tus piernas rozando tus medias con la yema de mis dedos.
Me vistes lanzado, pero había una parte que te atraía...
C- ¿Y qué más? -digo intrigado.
R- Pues traigo lencería debajo de color negro, aparte de las medias, ya sabes, para jugar. –Me dices a pesar de ...
... estar muerta de vergüenza.
C- ¡Y qué medias! -repito acariciando tus rodillas con el dorso de mi mano y subiendo ligeramente hasta medio muslo.
R- ¿A ti también te ponen las medias? –me preguntas.
C- ¡No sabes cuánto!
R- Lo adivino. –me sonríes cuando ves que ya no despego mi mano de ahí.
Empiezas a creer que a tu vecino Carlos le gustan las medias incluso más que a tu chico, porque no dejo de acariciar tus piernas y cada vez con más descaro. No puedes negar que eso te gusta, primero porque ese era un regalo que quería hacerle a tu chico y ahora soy yo quien lo disfruta y lo segundo porque que te está dando un gustito lleno de morbo. Yo sigo dibujando tus gemelos, pasando por tus rodillas y metiéndome incluso bajo la falda palpando la suavidad de las medias con la punta de sus dedos, metiendo mi mano cada vez más adentro y dibujando con enorme suavidad los encajes de la parte alta. No sigo más arriba, aunque estabas dispuesta a dejarme avanzar.
C- ¿Y qué lencería llevas debajo? -te pregunto de pronto.
R- Pues un conjunto muy sexy, negro con encajes.
C- ¡Guau, negro!
R- ¿Veo que te gusta el negro?
C- ¡Hummm, me encantan estas prendas! Lo cierto es que una mujer resulta increíble con lencería sexy, siendo sincero me da igual el color, pero negro... es algo mágico. Ni recuerdo el tiempo en que mi mujer se ponía cosas así, pero creo que más de un año.
R- ¿Tanto tiempo hace que no estas con una mujer, Carlos?
C- Pues sí... No te voy a mentir y ...