1. HASTA LA CIMA - SEGUNDA PARTE


    Fecha: 25/03/2022, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos

    ... aunque no habíamos terminado con lo nuestro, se llevó a tres para dentro. Dentro de esas tres, por supuesto, iba yo. ¡Joder! Claro que sí, no podía ser alguien más.
    
    Pero contra todo pronóstico terminamos las decoraciones en punto a las seis y encendimos las luces que alumbraron toda nuestra creación al cuarto para las siete. Jamás me había sentido tan orgullosa de algo tan estúpido como la decoración de un evento, sin embargo, cuando las luces se encendieron mi corazón se encogió de anhelo. Algún día quería que aquello que lograra en mi vida fuese igual de bello y abrumador.
    
    Cada
    
    geisha
    
    se quedó en el salón que había tenido que decorar cuando el evento comenzó. Marcela nos dijo a las tres chicas que habíamos sido solicitadas en el salón del río que debíamos permanecer en él puesto que iba a ser el salón más importante. Nadie bailaría en él y todos los invitados pasarían por ahí para observar el
    
    río de los desdichados
    
    . Me reí para mis adentros, pero, aunque la finalidad del río no fuera simpatizante conmigo, lo cierto era que había quedado deslumbrante bordeado por flores blancas y reflejando la luz dorada del candelabro. Los invitados comenzaron a llegar quince minutos pasadas las siete. Una mujer en zapatillas con vestido azul pasaba a los invitados al palacete y los distribuía según las instrucciones de Marcela. El señor Wechsler, su hijo Massimo y Gabriel fueron ubicamos en el salón del río donde estaba yo.
    
    Por fortuna, el presidente de la empresa ...
    ... y su hijo habían sido colocados al fondo y Gabriel en una mesa contigua a las mías donde lo atendería alguien más. Mis mesas permanecieron vacías todo lo que Marcela pudo permitir.
    
    —¿Habías sido mesera alguna vez? —cuestionó la mujer que estaba atendiendo la mesa de Gabriel.
    
    Yo negué casi sin moverme.
    
    No tenía miedo de hablar, pero Adrián me había recomendado pasar desapercibida y eso no fue justamente lo que había pasado las primeras horas de mi estadía en el palacete. ¿Le llegaría a contar algún día que el hijo del presidente de la empresa me había visto en ropa interior y encima me había puesto el uniforme? Y de contárselo, ¿qué haría Adrián? ¿Trataría de defenderme o se encogería de hombros?
    
    —Vale, pues esto no es nada como ser mesera, ¿eh? —volvió a hablar la chica a mi lado—. De hecho, los hombres a los que pusieron de
    
    garrotes
    
    son los verdaderos meseros. Nosotras solo tenemos que vernos bonitas, tomar órdenes y dejar que ellos hagan todo. ¿No es genial?
    
    Fruncí el ceño.
    
    —Sería genial si el evento fuera en mi cama conmigo dormida —respondí sin pensarlo dos veces. No me dio tiempo ni siquiera a arrepentirme.
    
    La chica a mí lado asintió y susurró:
    
    —Cuanta jodida verdad, pero velo por el lado bueno, esta gente es jodidamente rica. La propina no estará nada mal.
    
    En ese momento decidí apodar a la chica
    
    Jo,
    
    porque parecía que
    
    joder, jodida, jodidamente, joda
    
    eran las únicas palabras en su diccionario léxico.
    
    La noche transcurrió ...
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