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HASTA LA CIMA - SEGUNDA PARTE
Fecha: 25/03/2022, Categorías: Infidelidad Autor: maia24, Fuente: RelatosEróticos
... Massimo y yo tomamos uno por separado. Tres chóferes y tres autos para tres personas, eso era un equivalente a siete asientos para una sola. ¿Por qué no íbamos todos en uno solo? En mi país, o al menos en mi familia, no hubiésemos necesitado más de cuatro asientos para seis personas —aunque eso hubiese estado penado ante la ley—. Aunque el transporte me parecía ostentoso e innecesario agradecí los minutos de silencio en el asiento trasero. A pesar de que ya lo había hecho en una ocasión con el catedrático —eso de manejar la situación para obtener algo a cambio— sentía que en aquel momento me estaba metiendo en la boca del lobo. Y es que una cosa es seducir a un profesor en la universidad, y otra muy distinta intentar burlar a un hombre que parecía ser realmente poderoso. ¿Poderoso? ¿Massimo entraba realmente dentro de esa categoría o solamente su padre? ¿Se podía considerar peligrosa a una persona por el simple hecho de poseer un gran patrimonio? Mi mamá solía decirme que todos teníamos un precio, en el tiempo y la forma correcta. Que, si bien el dinero no lo era todo, era el pilar más importante dentro de la jerarquía y el orden. ¿Si el mundo no fuese un lugar ordenado realmente importarían cosas como el amor? Probablemente no, así que en resumen se podría decir que el dinero te daba esa pequeña tranquilidad de poder tener una meta en la vida. Un objetivo. Era el inevitable orden de las cosas. Y si Massimo poseía dinero, significaba que tenía el poder de ordenar y ...
... desordenar mi vida en solo chasquido. Los tres vehículos se detuvieron en conjunto y el conductor se adelantó para abrirme la puerta y ayudarme a bajar. Pude ver que llevaba guantes blancos, y por alguna razón pensé en la reina de Inglaterra. Si Massimo tenía una novia... ¿iban en vehículos separados a cada lugar al que tuviesen que ir? ¿Sería realmente cómodo vivir entre tanto lujo si no estás acostumbrado a él? El lugar al que llegamos mostraba una fachada de mármol con el acceso enmarcado por un cuadro de madera que citaba sobre de él el nombre del restaurante. Massimo tomó la delantera mientras Gabriel esperaba a que yo alcanzara sus pasos. Me sentí agradecida por haber decidido calzarme un par de zapatillas y haberme hecho una coleta al ver el interior del restaurante. Era el lugar más lujoso que había pisado por encima del palacete Wechsler, aunque era una afirmación un tanto atrevida cuando recordaba esas escaleras icónicas que te recibían en la entrada. Miré a Massimo y a Gabriel seguir a la mujer que nos había recibido en la entrada y me sorprendí con la indiferencia que lo hacían. Luego todo me pareció muy obvio. Para mí podría ser el mejor lugar que había pisado jamás, pero para ellos era como ir a un establecimiento de comida casera. Intenté permanecer indiferente pero las mejillas enrojecidas de mi rostro estaban por delatarme. El golpe de gracia fue el menú. Me fui haciendo paulatinamente pequeña mientras opciones como erizo de mar, boganate, ...