Mi dulce ex, mi hermosa ex.
Fecha: 03/04/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... toda su ropa lentamente”. Y acto seguido le fui desabrochando su blusa camino al cuarto.
Ya en el cuarto, ella me quitó mi camiseta, y ambos quedamos con nuestros torsos descubiertos. Su piel estaba caliente. Se le escuchaba jadear. Me encantaba verla con brasieres negros, ya que es blanquita y eso realza mucho su belleza. Me bajó los pantalones y quedé en boxer, y yo hice lo propio con los suyos. Olí por primera vez esa tarde su exquisito olor a mujer. Vi gustoso que llevaba tanga negra, igual que su brasier.
Salimos del cuarto juguetones, corriendo nuevamente hacia el sillón, ya que queríamos hacerlo allí, un poco más expuestos. El apartamento, ubicado en un tercer piso, tenía un gran ventanal que daba a un parque frontal. Me tomó de la mano y me dirigió, sentándome en el sillón, y nuevamente se me subió encima, con lo que aproveché para contornear su figura con mis manos y acariciarle el clítoris por encima de su tanda. Un gemido suave se le escapó, mientras ponía su mano en mi crecido y duro pene, jugueteando con él sobre la tela del boxer. Pero, nos acordamos que en la puerta del apartamento habían vidrios en vez de madera, nos asustamos y decidimos volver al cuarto. No quería que el casero de (cierta aplicación de alojamientos) nos echara.
En el camino yo la tomé entre mis brazos con gran ternura y le dije: “jefecita, te quiero hacer mía esta tarde, vamos a jugar”. Y la levanté con mis brazos, llevándola a la cama. Se reía y me tomaba fuertemente de mis ...
... hombros.
La deposité sobre la cama y la llené de besos mientras reía. Se sentó, un poco confundida por lo que acababa yo de hacer. Se puso de pie y me empujó hacia la cama con lo que caí de bruces y ella tras de mí. Me quité a tiempo para asir su brasier y soltarlo. Me puse de pie y de mi equipaje saqué un traje de policía que quería que luciera para mí. Era de cuerina, negro y con manga larga. Se lo puso y le quedaba ajustado al cuerpo. Se veía muy sexy, pero la verdad en esta tarde la quería al desnudo para mí. Lo quitamos rápidamente y fue ahí donde caí en cuenta que… había semáforo rojo.
Mi cosita vergonzosa no iba a permitir una penetración. No se iba a quitar la tanga. Es más, no sé cómo había llegado a este punto. Salió de la habitación y se cambió la toalla en el baño. Pero cuando regresó, la tomé entre mis brazos, la abracé y le dije al oído que todo estaría bien, que la amaba. Y que íbamos a pasar un buen rato, como hasta el momento. Así que de la mano la tomé y la dirigí a la cama, sin antes haberle manoseado ese rico culo suyo. Estábamos calientes, muy calientes.
Frotación…
Y allí estaba yo, tumbado encima suyo, con mi verga dura acariciando su clítoris por sobre su tanga de licra suave, besando su cuello, dándole besos en la boca de forma apasionada, me la quería comer completa. Bajaba con mis labios por su pecho hasta encontrar esos ricos pezones duros. Lo succionaba y mordía, los chupaba y escuchaba cómo gemía de placer. Con mis manos acariciaba de cuando ...