Mi dulce ex, mi hermosa ex.
Fecha: 03/04/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... en cuando su cintura y las metía bajo sus nalgas para apretarlas. Le decía, excitado, que ella era el amor de mi vida, y que nada importaba… que ella me encantaba y que era por siempre el amor de mi vida. Ella solo respondía con sensuales “ujum”, “yo también te amo bebé”, “soy solo tuya, solo tuya”, “dame más”, y también con una lagrimilla que liberó por ahí, emocionada por tanta pasión derivada del amor puro que nos teníamos.
Sus gemidos se intensificaban al decir estas cosas. Me tomaba de las nalgas y me acariciaba de forma tierna. Estábamos sudando nuestra excitación, dejando aquella cama empapada. Yo me movía de atrás hacia adelante, pasando mi pene duro por su cuca deliciosa. Yo por mi me la hubiera comido toda. Me levanté y realicé movimientos más rápidos y fuertes. La sentí estremecerse y gemir más duro, cuando de repente me enterró sus uñas en mis brazos y se corrió, contorsionándose, moviéndose violentamente y ahogando un grito de placer.
Nos quedamos quietos unos instantes, yo sobre ella, besándonos, hasta que me acosté a su lado y la abracé, acariciando su cabello, su abdomen y sus tetas. Hicimos una rica cucharita por unos minutos, hasta que ella se volvió con determinación y me besó.
La sentí nuevamente encima de mí, con su mata de pelo sobre mi rostro, con sus labios húmedos besando mi cara y bajando por mi pecho. Me chupó y succionó las tetillas, y esto me hizo empalmarme nuevamente. Su delicioso cuerpecito estaba ahora sobre mí, bajando más y más, ...
... pasándome sus tetas por mi abdomen, hasta que encontró mi verga, dura y grande, esperando ser consentida. Verla ahí, con su boquita de princesa tan cerquita de mi verga, con aquella mirada traviesa y llena de deseo, con su cabello alborotado y su lengua afuera, era el mejor aliciente.
Comenzó dándole besitos a mi glande, acariciándolo con su lengüita, con la dulzura de una niña que se come una paleta. Se la metió toda en la boca y lamió cada milímetro de piel, desde la base hasta la punta. Hacía movimientos oscilatorios de arriba hacia abajo con su cabeza, sosteniendo la piel de mi verga con sus suaves labios. Yo gemía de placer. Me permitía cerrar los ojos para relajarme todavía más, pero los abría a los segundos porque no quería perderme esa divina visión. De repente, hizo algo que había descubierto días antes que me encantó. Se acomodó de tal forma que con sus tetas me acariciaba mis bolas mientras me la chupaba. Sentir esa piel suavecita sobre mis bolas me encendía aún más. Hasta que al cabo de unos minutos, comencé a sentir espasmos desde la base de mi culo. Le avisé: “amor, ya casi, prepárate”. Entonces, con sus labios se aseguró de sostener más duro mi verga y aumentó la velocidad. La escuchaba gemir. Estaba disfrutando la verga de su novio, realmente. Se movía como una profesional chupando esa verga. Finalmente, luego de varios segundos, un shot, dos shots, tres shots, cuatro shots, y ni una sola gota de leche se derramó. Tragó una parte, pero de inmediato se vino ...