1. Tentado por el deseo


    Fecha: 05/04/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi vida como sacerdote siempre había sido más o menos normal, con altibajos. Supongo que como la de todo el mundo. Por supuesto, tenía mis momentos de crisis o dudas, pero tengo que decir que nunca habían sido provocados por una mujer o por temas de sexo. Nunca tuve novia formal. Los típicos tonteos de cuando eres adolescente,pero nada serio. Con mis 35 años aún podía decir que era virgen. Por supuesto me había masturbado muchas veces, pero nunca había hecho el amor con ninguna mujer. Mucha culpa de mis masturbaciones la tenía Elena, una amiga de mi pueblo que crecimos juntos. Siempre me había fijado en ella, pero no aprecié nunca que ella se fijara en mí. De niños crecimos juntos en el colegio y según íbamos creciendo ella se iba transformando en una mujer increíblemente atractiva. Su pelo castaño y liso por debajo de los hombros a juego con sus ojos la convertían, a mi parecer, en la mujer más guapa que jamás había visto. Tenía unos pechos grandes, pero sin ser descaradamente enormes, y sus curvas estaban lo suficientemente marcadas como para perderse en ellas.
    
    Era difícil no fijarse en ella, de hecho, casi todos los chicos del pueblo lo hacíamos. Yo siempre tuve un carácter reservado y tímido. Quizá por eso o porque nunca me había comido un rosco me metí en el seminario para ordenarme sacerdote. Elena sí triunfaba. Llegó a tener varios pretendientes, pero pocos eran serios. Sólo tuvo un novio formal, Alejandro, de mi misma edad. Reconozco que le tenía cierta envidia ...
    ... porque Elena se había fijado en él y no en mí. Para ser sinceros parte de culpa era mía. Elena y yo éramos amigos. Más que eso, confidentes. Quizá si hubiese tenido valor para decirle lo que sentía por ella las cosas hubiesen cambiado, pero tenía miedo a que pensase cualquier cosa de mí y perderla incluso como amiga. Por esta razón mi deseo por Elena fue algo que quedó para mi intimidad. Me encantaba ver sus fotos en facebook, y lo elegante que iba siempre vestida, con faldas por medio muslo, medias o vestidos con acusado escote que dejaban imaginar sus perfectos pechos. Reconozco que más de una vez me masturbé mirando sus fotos. Era lo máximo a lo que pensaba que podía aspirar.
    
    Pasaron los años y Elena y yo manteníamos el contacto. Hablábamos con relativa frecuencia y estábamos los dos al tanto de lo que nos pasaba. La distancia no era un problema en ese sentido. Yo ejercía como sacerdote en una parroquia a unos 50 kms. de mi pueblo, por lo que eran frecuentes las visitas tanto en uno como en otro sentido.
    
    Una noche, cuando estaba viendo una peli sentado en el sofá de mi casa oigo que llaman a la puerta. No me sorprendí en exceso. Era normal que a esas horas siempre llamase algún parroquiano con cualquier problema. Me levanté con ánimo del sofá y abrí la puerta. Lo que no me esperaba es que fuese Elena la que había llamado. Venía con un vestido rojo, de tirantes y escotado, con falda de vuelo a la altura de medio muslo y medias negras. Por su vestido estaba claro que ...
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