1. Esquivando la moral


    Fecha: 09/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que lo acompaño una lluvia de mis fluidos vaginales.
    
    Le pedí a mi novio que no se moviera, ni siquiera un milímetro. Mi ano tenía que acostrumbrarse al invasor que tenía clavado hasta las entrañas. Después de unos momentos empece a moverme hacía adelante y atrás, pero solo un poco. Apenas me sacaba un centimetro de verga e inmediatamente me empujaba contra Maurico para recuperarlo dentro. Estos movimiento se repitieron hasta que por fin logre que mi esfinter recorriera toda la longitud de ese falo de principio a fin. El dolor se transformo en placer. Me escurria la vagina, nunca pense que eso pudiera llegar a suceder.
    
    Mauricio empezo a participar activamente; me tomo con sus grandes manos de mi cintura, y me jalaba hacia él para que esa verga entrara de golpe. ¡Méte y saca! ¡Méte y saca! ¡QUE LOCURA! Aún me acuerdo y me humedezco.
    
    Le avise a Mauricio que estaba agotada, que ya no aguantaba pues por lo menos ya había experimentado tres orgasmos intensos. Entonces sentí que Mauricio me dio un último jalon hacía él, pero con todas sus fuerza. Pude sentir cuando la cabeza de su verga choco contra el fondo de mi intestino, cuado esa tranca empeso a latír y el momento justo cuando exploto; ¡Chorros de semen me estaban bañando las entrañas! imaginen la cantidad de un chamaco de 18 años. Se quedo quieto sobre mi espalda tratando de recuperar la respiración. Cuando se incorporo empezo a retirar su falo, aun erecto y duro, de mi culito. Se escucho un ¡plop!, y acro seguido una cascada de semen empezo a fluír de mi culo. Lo sentía escurrir, sentia lo caliente. Mauricio puso su mano para que cayera en ella, y me lo hunto a modo de valsamo en mi herido anito.
    
    Fue de esta manera que descubrimos que, por el momento, no era necesario violentar las reglas "morales", y que podiamos obtener gran placer de otra forma.
    
    Durante nuestro noviasgo el sexo anal fe el complemento ideal de nuestra duradera relación.
«123»