1. Cuarentena en un hotel de Panamá


    Fecha: 15/04/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... insalvable, que la puerta al pasillo estuviese bloqueada y que la puerta que comunicaba ambas habitaciones estuviese igualmente bloqueada.
    
    Por la mañana salí al balcón con la esperanza de encontrármelo, me debió oír por que no pasaron ni dos minutos hasta que salió. Empezamos a beber ya al medio día y así pasamos hasta que empezó a anochecer.
    
    Alfonso, que así se llamaba había dejado una nota a la persona que nos traía la comida para que nos proveyese de alcohol y cigarros por lo que bebiendo y fumando íbamos pasando las horas.
    
    Nos despedimos a la una la mañana, de nuevo le reiteré la pena por no poder encontrarnos físicamente.
    
    Me quité aquella ridícula ropa de la dueña de la maleta y a cuatro patas empecé a jugar con mi clítoris primero con mi dedo y posteriormente con la punta de vibrador de pequeño tamaño. Estaba a mil, en esos momentos donde ni oyes ni pareces, donde estas en las puertas del orgasmos, cuando de repente unas manos cogieron mis muñecas y me las esposaron a la espalda, no supe reaccionar cuando una polla se abrió paso entre mis encharcados labios menores y empezó con ello un maravilloso mete saca. Alfonso ...
    ... me llevó al orgasmo en poco minutos. Me dio la vuelta esposada como estaba y volvió a penetrarme ya de cara a él. Yo que estaba mal depilada por un momento sentí vergüenza, pero cuando empezó a darme duro se me olvidó aquella tontería de la vergüenza y dejando que pusiera mis piernas sobre sus hombros me dejé llevar por el placer.
    
    Follamos hasta el amanecer, me dio por todos los agujeros, me hizo probar todos los utensilios, solo paramos para buscar las llaves de las esposas que no parecían por la maleta lo cual me hizo palidecer. Volvía a la carga y me jodió hasta que de sus huevos no podía salir ni una gota más de leche.
    
    Alfonso había pagado al chico de la comida por una copia de la llave que separaba cada habitación.
    
    Follamos como posesos durante los cuatro días que nos quedaban de confinamiento y viendo que la fiesta se acababa, Alfonso, hombre de recursos sobornó al medico que vino a hacernos los PCR para que los diese como positivos lo cual extendió nuestra maratón de sexo diez días más.
    
    Por supuesto a mi vuelta a España rompí mi relación con Raúl y desde entonces Alfonso me monta cada día.
    
    Mi maleta nunca apareció. 
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