1. Infiel por primera vez en una comida


    Fecha: 21/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... haciendo resaltar sus bien torneadas piernas que terminaban en ese buen par de nalgas; y, como el mismo le llegaba un poco más arriba de las rodillas, provocaba que con cualquier movimiento o descuidado lograra arrancar pensamientos lujuriosos de los caballeros ahí presentes, lo que no se me paso desapercibido. Constaté que por las marcas que se traslucían a través del traje, la misma debía calzar una diminuta tanga, la cual se ajustaba disimuladamente a aquel par nalgas, donde aparecía sobreimpresionado el contorno de su elástico que desaparecía en el centro del trasero de dicha mujer, situación que sin querer me tenía embobado y enardecido.
    
    La señora inicialmente mantuvo la compostura, pero a medida que fue avanzando la cena y verifique que la bebida ingerida iba haciendo estragos en ella. Según me manifestó no acostumbraba a tomar mucho, por lo que a quinta copa se empezó a sentir un poco más en ambiente. ¡Ya lo creo que se le subió al cerebro!, y como nadie le comentaba nada, ya que no llevaba a su pareja (al igual que yo) motivó que ella siguiera tomando, notándola cada vez más alegre.
    
    A decir verdad, yo no tenía malas intenciones con aquella mujer. Pero tampoco puede negar que mi larga espera sin relaciones con mi esposa y varios días sin correrme, la presencia de aquella explosiva mujer, me estaban ocasionando una excitación que escapaba a mi voluntad. Según fue transcurriendo la noche, las cosa se fueron dando solas, ya que al calor de las copas Sofía, casi sin ...
    ... darse cuenta, me estaba brindando con sus descuidos un espectáculo, ya que algunas veces al sentarse, sin querer abría de mas sus piernas, dejando asomar la tan imaginada tanga de encaje que en repetidas ocasiones fácilmente pude admirar, al igual que sus pequeños pero bien formados pechos que se asomaban por su amplio escote, cada vez que, por cualquier excusa, inclinaba su cuerpo hacia delante, dejando ver hasta aquel par de pequeños pezones que se endurecían al sentir el aire fresco que los rozaban. “Me estaba poniendo enfermo”. Creo que ella también se había dado cuenta de tal circunstancia, sin embargo, creo que le comenzó a gustar el como la miraba.
    
    El ambiente y el baile, que mucho le gustaba, aceleraron la situación. Al estar igualmente solo, empecé a cortejarla entre broma y broma, animándome para ver hasta donde era capaz de llegar. Lentamente la situación fue cambiando de forma, y ya no era aquella platica alegre, ahora se tornaba en un doble sentido con roces de cuerpos en algunas ocasiones no tan bien intencionados, que fueron cambiando a contactos consentidos cada vez más atrevidos y aceptados por Sofía, que en el estado que se encontraba, hacia volar mi imaginación y la idea de algún escarceo con aquella mujer, aunque nunca hubiera sido infiel a mi esposa. Era obvio, que los dos nos estábamos calentando, y ella estaba comportándose no como la señora formalmente casada que, se suponía era, ni yo como el caballero formal que aparentaba.
    
    Notaba que aun, algo ...
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