Infiel por primera vez en una comida
Fecha: 21/04/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... primera excusa que se me ocurrió la llevé de la mano hacia la esquina más obscura del lugar, indicándole que allí estábamos mejor. Ella totalmente desinhibida al empezar una música lenta y romántica, me puso los brazos en el cuello mientras, momento que aproveche para tomarla firmemente por la cintura para de ahí en adelante, tomar el control.
A medida que seguía la música aprovechaba la oportunidad para restregar mi cuerpo con el suyo, haciendo que ella sintiera la dureza de mi pene contra su pubis. Notaba que ella se había percatado desde hacia tiempo de mi erección, y creo que, en el fondo le estaba gustando. Yo me pegaba a ella con toda intención, haciendo que ella percibiera mi bulto, y que, por el grosor y rigidez fácilmente tenía que constatar su dureza.
Poco a poco disimuladamente aceptaba con movimientos de sus caderas, de manera que nuestros cuerpos sentían directamente sus roces, y que solo de imaginación, me di cuenta de que aquella hembra estaba “super-caliente”. Observe como su cara enrojecía, y sus cachetes se ponían sumamente colorados. Seguro que con los manoseos que le estaba propinando, no era descartable que la señora tuviera su tanga mojada. De eso no me quedaba la menor duda.
Inesperadamente, y en unas de las volteretas del baile, ante mi asombro, ella tomo la iniciativa, y casi terminando la pieza de baile, no sé como ocurrió pero nos encontramos besándonos en la boca. Allí a aproveche para apretar su trasero contra mi cuerpo haciéndole sentir ...
... la contundencia de mi miembro viril en toda su pujanza.
Ella comenzó a restregarse contra mí, y pronto nos estábamos besando en la boca, con mayor frecuencia y con más frenesí. Notaba una boca caliente, ardiente diría yo. Al poco tiempo compruebo que, ella se desmadró y la note sumamente excitada, hasta el punto de que intentaba frotar directamente con su mano mi falo, deslizando su mano de arriba hacia abajo, como queriendo de alguna manera tratar de adivinar su tamaño. Yo por mi parte al darme cuenta de la situación respondí frotando suavemente con mis manos el cuerpo, primero la espalda, después la cintura, y lentamente bajando mis dos manos al mismo tiempo hasta llegar a sus nalgas, que al acariciar sobre su ropa fácilmente reconocía el contorno de su ropa interior, situación que fue calentándonos mas y mas.
No nos decíamos nada, pero ambos notábamos nuestra excitación, y consentíamos en nuestros toqueteos, que cada vez eran más osados.
Ella, en su calentura, junto su pecho con el mío, y aprovecho para girar disimuladamente su cabeza como queriendo explorar los alrededores y descubrir que en esas horas de la noche, la mayor parte de los presentes eran parejas en pleno cachondeo y que poco les importaba lo que a su alrededor pasaba. Esta circunstancia la animo a continuar su tarea, pero ahora sin ningún recato, y sorpresivamente de un solo movimiento ella metió la mano en mi pantalón tras logar bajar el cierre de la bragueta de mi pantalón, hasta llegar a sentir ...