1. Mala leche


    Fecha: 21/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... culata. Harta de vivir con sus padres, mi prima había dejado los estudios y se había puesto a trabajar en una tienda de Levi’s. Independizada económicamente, Nata soñaba con irse de casa en cuanto cumpliera los dieciocho.
    
    Cuando llegamos al cámping, yo ya tenía claro que algo iba a pasar entre nosotros. Aquella misma noche nos liamos. Habíamos estado bebiendo calimocho con los demás, pero cuando nos dimos cuenta de que la gente se iba dispersando en parejas, nosotros hicimos lo mismo.
    
    Como ya habíamos bebido suficiente, solamente nos incautamos de una bolsita de golosinas antes de desaparecer entre las tiendas de campaña. Yo había llevado coche, pero, para ahorrarnos unos euros, lo habíamos aparcado fuera del recinto del cámping.
    
    En cuanto estuvimos sentados en el asiento de atrás Nata se echó sobre mí como una pantera. Sus labios me devoraban con ansia. Yo no me había atrevido a preguntar cual era su experiencia sexual, pero al notar que metía su mano bajo la costura de mi pantalón y se apoderaba de mi erección tuve la certeza de que mi prima no tendría el coño sin estrenar.
    
    Natalia sacó mi pollón con resolución y, al verlo, sonrió contenta. Cuando apartó su larga melena relucieron dos grandes pendientes de aro. Unas largas e inquietantes uñas de color rosa adornaban los ágiles dedos que meneaban mi miembro. Nata ya estaba preparada y mi polla también.
    
    Mi prima se puso a mamar con la misma voracidad con la que me había comido a besos un momento antes. Yo ...
    ... dejé que ella se saciara a su gusto y, para no perder el tiempo, le bajé los leggins y el tanga a medio muslo con ideade mojar mis dedos en su rajita.
    
    No me costó dar con su clítoris, pues éste aguardaba erguido en medio de su rajita. Nata gimió al sentir el roce de las yemas de mis dedos, pero continuó cabeceando con vehemencia.
    
    Jamás hubiera imaginado a mi primita mamando la polla de un hombre, y menos con aquella desenvoltura. Nata había lamido mi verga de arriba a abajo, luego la había cubierto de besos y por último, había chupado el glande sorbiendo su propia saliva como una auténtica cerda. Ni siquiera parecían incomodarla los grandes aros que se bamboleaban alborotadamente en los lóbulos de sus orejas.
    
    Mi prima Natalia debía haber pecado mucho desde su ya lejana Primera Comunión. De modo que decidí a averiguar hasta donde había llegado la impureza de sus actos. Mojé mi pulgar en su sexo y, acto seguido, fui rozando con la punta desde la nuca de mi prima, bajando por su espalda, siguiendo el surco entre sus nalgas hasta que mi pulgar fue absorbido por la irresistible atracción de su agujero negro.
    
    Nada más encajarse mi dedo en el ano de mi prima, el resto de mis dedos comenzaron a hacer diabluras en su sexo. Aticé su clítoris, pellizque suavemente sus inflamados labios mayores y, por último, hundí dos dedos dentro de su coñito.
    
    Dentro de la boca de Natalia se estaba librando un combate encarnizado. Su ágil lengua se blandía contra mi pesado mandoble sin ...
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