Párrafos impúdicos
Fecha: 24/04/2022,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: MirassoMauricio, Fuente: CuentoRelatos
... gestos como si la estuvieras mordiendo mientras estás codiciando lo que tiene guardado adentro para ti. Quiero que conviertas frases como “no siento nada”, o, “no me pasa nada”, en las mayores mentiras del mundo. “Mira como me pones”, te está queriendo decir mientras la estás meneando a puño cerrado, tesoro mío. Está más desbocado que la ausencia, el éxodo, el exilio de tu blusa y tu sostén, expatriados a lo que es el suelo. Se mueve sola, y no tiene ningún reparo en hacértelo ver. Lubrícamela con tu agua, que me tienes volando mujer, sostenido la evidencia más desubicada y arrogante de ello. ¡Azúcar, azúcar, azúcar! Dame más azúcar, que ni me fijo si te estás pasando. Haz más almíbar con él –a lo que es, probablemente, el reflejo más verídico de lo que generas en mí–, que la temperatura y los ingredientes ya los tenemos de sobra.
Haz que la vida se sienta más corta de lo que realmente es. Más breve de lo que debería ser. Más reducida de lo que quisiera. Haz que su tiempo de duración se sienta más y más escaso de lo que es, ahora que la pasión nos está haciendo una indiscreta visita dándole alas al apego. Haz que mis esperanzas, algunas de ellas, dejen de ser una utopía. Haz que mis decepciones, algunas de ellas, dejen de ser recuerdos y se conviertan en parte de la nada misma, en parte de lo que es el vacío en su definición más estricta. En parte de lo que es la nulidad en su concepto más conservador.
Quiero que tu boca generosa me diga “te quiero mucho” de esa forma, ...
... de esa manera también, sin decir una sola vocal, con la naturalidad y la confianza de lo impresionante. Que hagas de ella un instrumento para adormecerme las nociones de espacio y tiempo por un rato, bañándome con su cálida humedad uno de mis puntos más débiles, cuyas venas están temporalmente más marcadas que las de mi muñeca. Que te sientas una diosa poderosa aún estando arrodillada y apoyando los codos en donde los estés apoyando, usando como única prenda de ropa el aire. Y ya con sólo besarme la punta del pirulí o haciendo en ella círculos con tu lengua, te estás convirtiendo en una, dejándome bien en claro que tus talentos de orden erótico son mejores que los míos. Al fin y al cabo serás tú quien mantenga por más tiempo la sonrisa imperial.
“Estimula, estimula, estimula”, “frota, frota, frota”, “así, así, así”, “sí, sí, sí”, te está diciendo con su absoluta disponibilidad. Toma aire y luego prosigue, mi serafín terrenal, toma aire y luego continúa, atraviesa todas sus resistencias y redúcelas a su mínima expresión, hasta que sean más pequeñas que el ojo de una aguja. “Mmm, mmm, mmm”, “¿mmm? ¿mmm? ¿mmm?”, es lo que más quiero escuchar mientras me lo estás haciendo. Respira sobre ella. Presiona mi miembro con tus labios, ángel mío, aminora su obstinación a no querer hacer explosión. Sólo te faltarían los grandes y alocados lengüetazos de abajo a arriba, y de arriba a abajo. Se desvive por estar y refugiarse adentro tuyo, su necesidad más apremiante es esa, cielo mío. El ...