La amiga de mi amiga
Fecha: 25/04/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... apretada, pero con toda la lubricación que había, no tuve problemas en metérselo.
Al principio ella se se puso un poco tensa con la sensación del dedo en su vagina, pero cuando intensifiqué mis caricias en el clítoris, volvió a relajar los músculos del vientre y pude meter el dedo hasta la segunda coyuntura. Allí sentí un obstáculo y decidí que no era prudente ir más allá y me limité a acariciarle esa primera parte de la vagina, tratando de dilatarla poco a poco.
Mirando hacia arriba en un momento, vi que Virginia seguía acariciándola, al tiempo que le empezaba a desabotonar la camisola. Esta vez Lin no protestó, demasiada ocupada con lo que pasaba entre sus piernas.
Y así, su respiración siguió agitándose más y más. Metí un segundo dedo en su vagina y continué dilatándola poco a poco, pero en seguida me di cuenta que ya no había tiempo, el orgasmo se precipitaba, por lo que volví a concentrarme en su clítoris y efectivamente, a los pocos momentos Lin explotó:
-Aaaaahhhh…. AAAAAHHHHH…. AAAAAAAAAAAHHHHH-
Su cuerpo se tensó tanto que su culo se levantó del sofá y sus piernas me apretaron la cabeza de tal forma que perdí el contacto con su clítoris. Pero ya no importaba, el orgasmo se había apoderado de ella y su cuerpo temblaba y se agitaba al ritmo de las oleadas de placer que la recorrían sin parar. Mientras Virginia la abrazaba y la besaba y así la ayudó a pasar el orgasmo de su vida.
Cuando finalmente los espasmos terminaron, yo me levanté del piso, ...
... dejando que Lin cerrara las piernas y se pusiera más cómoda. Virginia le había quitado ya la camisola, por lo que finalmente Lin también estaba completamente desnuda. Su piel por debajo del cuello era muy blanca y sólo tenía tres puntos de contraste: los dos pezones y el vello púbico. De resto era toda blancura y suavidad. Probablemente nunca había ido a una playa ni había tomado sol. Por supuesto, no había marcas de bikini, pero se veía muy bien. Nosotros, Virginia y yo en cambio nos veíamos muy bronceados y formábamos un fuerte contraste con ella. Quizás las nalgas y tetas de Virginia, donde no le pegaba el sol, podían compararse…
En fin, una vez sentados los tres, con Lin en el medio recuperándose, Virginia le preguntó:
-¿Y entonces? ¿Cómo te pareció tu primer orgasmo?-
Lin seguía respirando fuerte, entonces tomó aire y buscó el agua que estaba en la mesa, tomó un trago y finalmente, recostándose de nuevo en el sofá, dijo:
-La verdad es que no tengo palabras para describirlo. Fue un placer tan intenso… Yo pensé que me iba a morir-
-Jajaja- se rió Virginia -¡Ya verás!-
-¿Hay más?- preguntó Lin con cara de susto.
-¡O sí, querida! Pero no te preocupes. Nadie se muere de eso-
-Bueno, si…- añadí yo -He oído de personas mayores a las que les da un infarto-
-Bueno, supongo que sí, pero no a jóvenes como a nosotras-
-No. A nosotros no nos pasará nada, jajaja- dije.
-¡Como no sea tener más orgasmos!- dijo Virginia
-No sé si pueda- dijo Lin.
-Oh sí ...