La amiga de mi amiga
Fecha: 25/04/2022,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... había una gran diferencia, por lo que se puede decir que Lin era una magnífica estudiante. Seguramente la práctica de ese día con Virginia le había enseñado bastante.
Pronto, sin embargo, se separó un poco de mí y mirándome a los ojos, me dijo:
-Me gustaría ahora que lo hiciéramos otra vez-
-¿No quieres que te haga acabar primero con mi boca?- le respondí mientras mis dedos le acariciaban la vulva y sobre todo el clítoris.
-Mmmm… nooo… yo quiero tenerte adentro otra vez… Después veremos-
-Si, tenemos toda la mañana- le respondí sujetándola para bajarla de sobre mí y montarme yo sobre ella. Entonces ella abrió sus piernas y se preparó.
Al igual que el otro día, me agarré el güevo y primero se lo pasé por toda su raja. Cuando lo pasé por su clítoris, gimió fuertemente.
-Por cierto- le dije -Aquí puedes hacer toda clase de ruidos. Nadie se va a alarmar por oir algunos gritos-
-Mmmm- gimió un poco -No pensaba gritar, pero si la cosa se pone… muy bien ¿quién sabe que pueda pasar?-
-¿Sabes? A mi me gusta cuando hacen ruidos y gimen, es una señal de que todo va bien-
-Bueno, saberloooo…. oooohhh…. eso estuvooo muyyyy bieeen…- dijo respondiendo las caricias de mi güevo en la parte externa de su sexo.
Entonces volví a poner el güevo en la entrada y presioné.
-Mmmmffff…- dijo ella.
Estaba tan apretada como el otro día, pero ella ya sabía que lo peor había pasado y que hoy iba a ser más fácil para ella, aunque igual yo tenía que ser ...
... cuidadoso.
Así pues, lo dejé ahí en la entrada unos segundos y unos momentos después sentí como ella se relajaba y pude empujarlo un poco más adentro.
Y entonces le entró toda la cabeza.
-Qué rico- le dije -¿Vas bien?-
-Sii…siii…- tartamudeó -Pero todavía sigue siendo muy grande-
-Si, pero ya sabes que cabe. Ya verás como pronto estarás cómoda-
-No quiero estar cómoda… ¡quiero que me cojas!-
Me sorprendieron su palabras, pero más me sorprendió que ella fue la que empujó con sus caderas hacia arriba y entonces el güevo le entró hasta la mitad, pasando el sitió “crítico” donde antes estaba el himen.
-Mmmmm….- gimió, pero no de dolor.
Entonces lo empujé yo antes que ella más adentro: 3/4 de güevo.
-Siii… es…. es….- trató de decir, pero no terminó.
Así comencé a cogerla con un ritmo lento, siempre tratando de no meterlo demasiado, pero pronto ella no se conformó con eso y volvió a empujar con sus caderas hacia arriba cada vez que yo lo hacía hacia adentro y el güevo empezó a entrar más y más.
-Vamoos… - pidió -dame maaas-
Ante esa solicitud uno pude menos que cumplir y empecé a acelerar mis movimientos y a empujar más adentro.
Pronto mi pubis empezó a chocar con el de ella ¡se lo estaba metiendo todo! No me explicaba cómo podía. Ella era como 30 centímetros más pequeña que yo, por lo que me imagino que por dentro también sería ¿más pequeña? Pero me estaba demostrando lo contrario. Obviamente su vagina era tan larga como mi güevo-
“Plaf, plaf, plaf” ...