1. El regalo: Un antes y un después (Segunda parte)


    Fecha: 28/04/2022, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... en el sofá de nuestra sala y al recibirme notando mi cansancio, me mimó con sus abrazos y tiernos besos, no me confrontó por la tardanza e insistió en pasarse por donde nuestra amiga Lara la noche del sábado, para desconectar de todo, y los dos, reencontrarnos como un par de recién enamorados, tan pronto como dejáramos aquella tarde a nuestros niños al cuidado de mi madre y de mi suegro.
    
    Y yo, sin estar cansada me resistía a asistir, pero como interiormente me encontraba en deuda, –tan confundida y enfadada conmigo misma– no pude ni supe ofrecer resistencia a su invitación. Fui con Rodrigo esa noche al “Juli”, pero a pesar de estar entre sus brazos, no estuve con mi esposo allí; tampoco aprecié sus caricias esa noche por estar mi mente inmersa en recuerdos de otro sitio, ni reparé en sus amorosas palabras, mucho menos en sus apasionados besos, porque no era yo su acostumbrada Silvia, dentro de mí habitaba otra mujer, la otra qué permanecía sumida en otros pensamientos, confundida por recibir besos nuevos, de una boca muy ajena y tan prohibida. Albert, nuestro amigo abogado bailaba como siempre solo, tan apartado de este mundo y una Lara tan enamorada, tan solo de lejos le observaba, sonriente, para luego con un par de envases en las manos, acercarse de vez en cuando y obsequiarnos esas dos cervezas a cuenta de ella e interactuar un poco con nosotros. Nos hablaba y comentaba algo; y yo no escuchaba. Reía ella tras algún comentario gracioso de Rodrigo, al cual no presté ...
    ... atención. Lara si lo notó, –mujer al fin y al cabo– no era yo la parlanchina Silvia de costumbre…
    
    Opté finalmente solo por fumar y no trasladarme hasta la cafetería por el café. Me pasee por la acera, de un extremo hasta el otro meditando y finalmente de regreso, me senté en una de las bancas públicas, al lado de un árbol de mediana altura y que me ofrecía generoso su amplia sombra, hasta que se consumió entre mis dedos aquel cigarrillo mentolado. Estaba tan confundida por los últimos acontecimientos, la tarde del viernes en la oficina, mi fin de semana esquivando a mi esposo como si el culpable fuera él y no yo. Y ese video tan revelador aquella mañana… Y escuché de nuevo el timbre melodioso de mi teléfono móvil. ¡Era él! Sí, esta vez sí era mi jefe. Me puse en pie y resuelta le contesté.
    
    …
    
    —¿Aló?... —Señor Cárdenas, ¿Cómo está usted?
    
    —¿Señora Almudena? buena tarde. Yo muy bien, de hecho he tenido una mañana excelente y agradecido obviamente por su llamada. ¿Para qué soy bueno? —Le respondí yo. Ella era una señora de unos cuarenta y tantos, elegante y de muy buen ver, interesada en averiguar por un nuevo modelo de SUV, la versión nueva de la que ella ya poseía, obviamente con algunos años de uso. La mujer era una más de los clientes que yo había atendido aquella mañana del sábado anterior.
    
    —Pues para muchas cosas, Jajaja. —Me respondió de manera alegre y muy cordial. –—Pero por ahora, me gustaría saber si puede usted venir a mi residencia para darle un vistazo a ...
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