1. Años esperando este momento (Parte 1)


    Fecha: 08/05/2022, Categorías: Hetero Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos

    Siempre consideré que la palabra que mejor define mi vínculo con Agustín es “inevitable”. Somos inevitables el uno para el otro. Existe una cuestión de química y piel que siempre nos resultó difícil de ignorar, y a veces también de manejar.
    
    Pero déjenme que empiece desde el principio…
    
    Nos conocimos de muy jóvenes. Yo era insegura y un poco tímida. Él, por el contrario, es de esas personas que deslumbran a todos a su paso. Gracioso, simpático, seductor desde siempre. Un poco ególatra, de esos que disfrutan de ser el centro de atención y constantemente actúan para lograrlo. Ídolo entre sus amigos, y a pesar de que en ese entonces no era de una belleza especialmente llamativa, era su personalidad lo que hacía que todos le prestaran atención.
    
    Ya desde ese entonces tuvimos siempre una tensión preciosa. De esa que te hace sentir cosquillas en la panza y ganas constantes de besarse. El problema era que él, como todo seductor, iba enamorando a más de una persona a su paso. Y mis amigas no eran la excepción. Ellas habían llegado a pelearse por él, y yo, que siempre quise permanecer fuera de los conflictos, nunca expresé mi atracción hacia su persona.
    
    Sin embargo, entre nosotros lo sabíamos. Nos teníamos muchas ganas, nos gustábamos mucho. Él siempre se mostró dispuesto a actuar en consecuencia, y yo siempre elegía el camino correcto, el de respetar a mis amistades y continuar deseándolo de lejos.
    
    Así fueron pasando los años, y nosotros siempre continuamos formando ...
    ... parte del mismo grupo de amigos y amigas. Nos veíamos en cada reunión, y a pesar de que cada uno pasó por distintas relaciones, siempre encontrarnos implicaba que el aire se espesara, que hubiera un calor implícito que ambos queríamos extinguir, pero no lo hacíamos.
    
    Incluso estando en pareja, había veces que Agustín pasaba por detrás de mí en alguna reunión y sutilmente, sin que nadie se percatara, deslizaba su mano por mi cintura suave, pero firmemente, o acariciaba mi culo casi imperceptiblemente para quienes estaban en el lugar. Nos mirábamos, sintiendo la tensión en nuestros cuerpos, él me sonreía provocador, y yo me ponía nerviosa a la vez que me subía un calor por todo el cuerpo.
    
    Yo fantaseaba con él constantemente, pensaba en las oportunidades que había dejado pasar, me castigaba por las veces que había podido estar con él y había optado por la opción moralmente correcta. Yo con él no quería ser correcta.
    
    Sin embargo, pasaron varios años en los que el vínculo fue mutando, pasando por momentos de histeriqueo y conversación explícita acerca de nuestros deseos, incluso acompañadas de fotos, y otros momentos en los que nos ignorábamos y evitábamos, sin lograr sin embargo que esa tensión desapareciera.
    
    Hubo un período de aproximadamente cuatro años, en los que ambos nos encontrábamos felizmente en pareja con otras personas, y deliberadamente procurábamos no avivar ningún fuego entre nosotros. Un día, él finalizó su relación y un temblor recorrió mi cuerpo al ...
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