1. ¡Me acaba de poner cachonda, padrino!


    Fecha: 08/05/2022, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    Camila era una joven gallega que estaba como un queso de tetilla. Era Pascua y fuera a recoger la rosca a casa de su padrino acompañada de su novio Javier, un joven desgarbado y chulo de más. Emilio, su padrino, al abrir la puerta y verlos, les dijo:
    
    -Pasad, pasad.
    
    Entraron en la casa. En la sala sobre una mesa camilla con la parte superior de cristal había una botella de Tío Pepe y una docena de pasteles. Sobre un mueble estaba la rosca. Emilio estaba con una sonrisa de oreja a oreja.
    
    -Sentaros y tomar una copa de jerez y unos pasteles.
    
    La sonrisa de Emilio desapareció de su rostro cuando dijo Javier:
    
    -Tenemos prisa.
    
    Camila no estaba de buen humor. Le dijo a su novio:
    
    -Prisa la tendrás tú, yo no tengo ninguna.
    
    El chulo sacó su chulería.
    
    -¿A qué vuelves andando para casa?
    
    Camila era de las que se callaba ni debajo del agua.
    
    -No me voy a perder.
    
    Camila era muchacha, bella, robusta, su cabello negro era corto y rizado y llevaba unos grandes aros de oro en las orejas, era de estatura mediana y sus ojos eran negros. Sus labios carnosos los llevaba pintados de rosa, cómo sus uñas. Tenía generosas tetas, que se marcaban en su camiseta blanca y largas y moldeadas piernas que dejaba ver su minifalda marrón.
    
    Emilio no comprendía cómo su ahijada tenía un novio tan poquita cosa y tan gilipollas, pero no se quiso meter cuando le dijo:
    
    -Ahí te quedas.
    
    Camila se cabreó.
    
    -¡Vete a la mierda!
    
    Javier se dio la vuelta. Encaminándose hacia ...
    ... la puerta y moviendo el llavero con llaves del coche alrededor del dedo medio de la mano derecha, le dijo:
    
    -¡Qué te preste el paseo de vuelta a casa!
    
    -¡Mi padrino también tiene coche, payaso!
    
    Camila se sentó en un sofá, le echó la mano a un pastel y le dijo a su padrino:
    
    -Venga esa copa.
    
    Emilio, que ya se había sentado en su sofá echó dos copas de jerez. Mirando para las piernas de su ahijada, le preguntó:
    
    -¿Cómo están tus padres?
    
    -Bien, discutiendo un día sí y el otro también, pero bien, bien. ¿Sabe algo de la madrina?
    
    -No, desde que se fue con Amancio parece que se los tragó la tierra.
    
    -¡Ojalá! Al menos que se lo tragara a él.
    
    -Y a ella, y a ella, que me metió unos cuernos de carallo, nunca mejor dicho.
    
    Hablando de esto y de aquello acabaron con los pasteles y con media botella de jerez. Camila estaba relajada. Emilio le preguntó:
    
    -¿Qué te pasó con tu novio para acabar discutiendo?
    
    -El origen ya es viejo.
    
    -Creí que llevabais tres meses juntos.
    
    -Y los llevamos, tres meses y pico y en esos tres meses aún no... Son cosas íntimas.
    
    Emilio la pilló por el aire, le miró para las tetas con descaro, y le preguntó:
    
    -¿Aún no te corriste con él?
    
    -Me da un no sé qué hablar de esas cosas con usted.
    
    -Aun no te corriste con él.
    
    Al final confesó.
    
    -Pues no.
    
    -¿Qué pasó hoy?
    
    Camila sonrió con timidez, bajó la cabeza, y le respondió:
    
    -¡Ay, padrino, que no sé qué me da hablar de estas cosas con usted!
    
    -No pasa nada por ...
«1234»