¡Me acaba de poner cachonda, padrino!
Fecha: 08/05/2022,
Categorías:
Incesto
Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos
... hablarlo, así también te desahogas.
-Desahogarme es lo que hago... Mejor lo dejamos ahí.
Emilio estaba en plena caza y no iba a dejar marchar a su presa.
-A mí no me da corte decirlo, me la pelo, y a veces dos veces al día. Suéltate, coño, suéltate que no me voy a echar encima de ti cómo si fuera un sapo. ¿Qué fue lo que pasó?
-Es que va a pensar que soy una guarra.
-La mujer que no es guarra cuando juega con un hombre no vale un duro.
-¿Usted cree?
-Claro que lo creo. Cuenta. ¿Qué pasó?
Camila lo soltó de un tirón.
-Que después de más de tres meses le pedí que me comiera el coño y me dijo que no le gustaba el bacalao.
Emilio, que era un hombre de más de cincuenta años, con el pelo cano, alto y fuerte, le dio a la cabeza hacia los lados, y después le dijo:
-Hay tipos muy raros. ¿Folláis mucho?
-Sí, pero la saca al poco de meterla para correrse fuera.
-¿Probaste a mamársela antes de follar? Si se la maman a un hombre y se corre después aguanta más.
-Él después no quiere nada.
Camila abrió un poco las piernas. Emilio vio sus bragas blancas. Al ver para donde miraba, Camila, cerró las piernas. Emilio le dijo:
-Entonces ya se lo hiciste.
-Viniendo para aquí hicimos una parada y antes de pedirle que me comiera el coño le hice una mamada de las de película, de esas que se ven en los videos porno. Me tragué su leche y después ni besarme quiso.
-A mí si se tragan mi leche dejo seca a la que lo haga.
Con sonrisa de picarona, le ...
... preguntó:
-¿Cómo que la deja seca?
Volvió a abrir las piernas. Emilio le volvió a mirar para las bragas y esta vez no las cerró.
-Que le como el coño hasta que se corre tantas veces que ya no le quedan jugos que echar.
Carmela rompió a reír, abrió las piernas un poquito más, y después le dijo:
-¡Qué mentiroso!
-Tú deja que te coma el coño y ya verás como no miento. ¿Cuántas veces quieres correrte, tres, cuatro...?
Carmela estaba boquiabierta.
-¡¿Seguidas?!
-Sí, seguidas. ¿Cuántas veces quieres correrte?
Carmela ya estaba colorada cómo una grana.
-¡Me acaba de poner cachonda, padrino!
-¿Otra copita?
-Eche.
Poniendo las copas y mirándole para las bragas, le preguntó:
-¿Eres tan buena mamando una polla cómo me dijiste?
-¿Quiere que le haga una mamada?
-Si te animas...
-Me animo si me come el coño, pero solo eso, sin llegar más lejos, usted ya me entiende.
Emilio se levantó del sillón, y le dijo:
-Trato hecho.
Camila se levantó, le puso un dedo en el mentón las manos a la nuca, hizo que se levantara, y le dijo:
-Le voy a hacer una mamada cómo nunca antes le hicieron.
Lo besó con lengua y se restregó contra él, después agarró con fuerza la hebilla del pantalón, abrió el cinto, le bajó la cremallera y acarició su polla y los huevos por encima del calzoncillo, luego se la quitó y cerrando la palma de la mano derecha sobre ella lo masturbó hasta ponérsela dura, después se puso en cuclillas, metió la polla en la boca ...