Piso mixto
Fecha: 20/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Tradicionalmente, siempre se ha dado por hecho que había pisos de estudiantes de chicos y pisos de estudiantes de chicas, y que los pisos mixtos eran absolutamente inapropiados. Naturalmente, eso sería así quizá en el siglo pasado, pero los tiempos cambian, afortunadamente. Al fin y al cabo, ¿qué más daba si una chica se iba a vivir con un par de chicos? ¿Acaso es que tenía que pasar algo? Cuanto más lo pensaba, más me parecían meras chorradas retrógradas y arcaicas. Además, mi novio estaba de acuerdo conmigo: los tiempos cambian y con veinte años ya somos todos personas adultas. Me apoyó totalmente cuando le sugerí la idea de irme a vivir con dos tíos, sin dudar ni por un segundo que no pasaría nada.
Dicho esto, también es cierto que ante la duda siempre preferiría un piso de chicas antes que uno de chicos, pero es que el piso que más me interesaba era de chicos... En primer lugar, la localización era ideal: estaba cerca de la universidad, con parada de metro, y con supermercados a la vuelta de la esquina. Además tenía un gimnasio bastante bueno en la misma calle y un parque a menos de tres minutos. Si lo juzgamos por las prestaciones del piso en sí, también increíble: totalmente amueblado, una tele que te cagas, habitaciones grandes, terraza… y todo de construcción reciente... Y por último, la guinda del pastel: ¡el piso era baratísimo! Poco más de la mitad de otros pisos con peor pinta de la misma zona. Aunque es cierto que parecía demasiado bueno para ser verdad, ...
... acabé concertando una cita con los dos chicos que vivían allí, unos tales Tony y Raúl. No especificaban que buscasen a otro chico, así que supuse que no les importaría que yo fuese mujer.
Quedamos en una cafetería de al lado de la universidad. Intentando causar buena impresión, me puse bastante guapa: era verano, a falta de una semana para empezar el curso, así que iba más bien ligera de ropa, con minifalda y tirantes para aguantar bien el calor. Y además, estaba bastante mona, sin ánimo de parecer una creída.
Cuando llegué, los dos chavales me hicieron una indicación con la mano. Estaban sentados a sus anchas en la terraza. Me reconocieron porque les dije que era una chica pelirroja, y eso, unido a que estaba bastante despistada oteando las mesas de la cafetería, fue indicación suficiente.
—Hola chicos... Tony y Raúl, ¿no?
Al principio ambos se quedaron un poco embobados mirándome, como alelados. Supongo que serían un poco tímidos también. Finalmente, uno de los dos se levantó para saludar.
—Sí... ¿tú eras Estefanía, verdad? Yo soy Raúl, encantado —su voz era bastante rasgada y carajillera. Llevaba gafas de sol, pero aun así pude ver cómo me pasaba el escáner de arriba a abajo. Se las quitó con sus enormes manos y me dio dos besos. Tenía los ojos verdes. Por lo demás, tenía un aspecto un tanto fiero, con la cabeza rapada y la nariz partida. También tenía lo que se conoce como "orejas de coliflor", que es algo que desarrollan muchos luchadores profesionales. El ...