1. Un largo y cálido verano


    Fecha: 22/05/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... respondió nadie entre por la puerta del costado a la cuadra de la panadería y llegué al comedor. En el dormía el abuelo de Carlita. Penumbra, un ventilador prendido y roncaba boca arriba plácidamente en el sillón. Cuando me fui acercando despacito para no despertarlo me percaté que estaba en calzoncillos y un enorme bulto marcaba su entrepierna. Me fui aproximando sigilosa y pude ver como salían los enormes testículos y la punta de esa boa que tanto hinchaba.
    
    Me temblaba el pecho, no podía ni imaginar sin abrigar escalofríos ese enorme pedazo de miembro dentro de una hembra y menos en mi interior en mi vaginita chiquitita y apretadita. Dios no podía apartar mi vista de eso. Podía mirarlo sin disimulo el señor estaba dormido. Absorta, paralizada de curiosidad y miedo me fui acercando en puntillas. Dios. Nunca había visto un pene tan de cerca, cuando quise reaccionar creo que estaba a quince centímetros de su miembro, de rodillas extasiada con la visión. Mis pupilas dilatadas y traspirada. Me maravillaba la enorme cabeza que me tenia hechizaba como un imán a un pedazo de metal en su contemplación.
    
    Mi corazón parecía que se me escapaba del pecho, un rubor sacudía mis cachetes y yo hipnotizada me acercaba inexorablemente, como bichito a la luz, su olor, el miedo y el deseó me saeteaban y me clavaban a su contemplación.
    
    De pronto el abuelo se movió, y con la mirada cómplice que compartíamos y casi sin abrir los ojos me preguntó – quieres tocarla Martita – Tembló mi ...
    ... cuerpo, creí que me moría, de vergüenza y terror.
    
    Con una mano liberó su verga del calzoncillo mientras me susurraba -shssssssss tranquila nena, tranquila– y con la otra me acariciaba el pelo y el cuello en forma tierna pero intimidante, la quieres tocar Martita Acaríciala -me ordenó- despacito tomo una de mis manos y me la llevo a su miembro, me cosquillo todo el cuerpo, tenía miedo, deseo y sentía la lujuria a flor de piel pero estaba paralizada por la energía del momento, ninguno de los dos teníamos marcha atrás era un encierro con una sola salida…
    
    Gimoteé, dudé, temblé pero obedecí como una autómata, habían soñado ese momento tantas veces. Por primera vez tenía un miembro entre mis manos, lo tome con las dos manos y lo acariciaba con mi carita a 15 centímetros, sentía su olor fuerte intenso, como palpitaba calentito, lo rugoso de las venas, la forma de la cabeza, los huevos de toro, peludos y duros – eso bebota me decía al oido – apretando y moviendo mis manos refregando su boa que se estaba poniendo dura y tiesa – eso mamita eso – murmuraba y me acariciaba el pelo.
    
    Mis manos se aferraron aquella verga con devoción, me subían calores y mi conchita empezó a palpitar, el gemía y yo también gemía. - Eso nenita puta, eso, vas a ser una buena putita Mmmmmm - y yo le correspondía con gemiditos de placer y se la refregaba más intenso y mas rapido…
    
    La visión de ese pedazo de carne que crecía y palpitaba a escasos centímetros de mis ojos, su aroma extraño, la saliva y esa ...
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