Me la cogí en la tienda
Fecha: 25/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos
... pagármelas, pensé dentro de mí. Y me desenfundé la verga del pantalón. Me coloqué la camisa ligeramente por encima cubriendo una erección que era imposible de ocultar y me dirigí para seguirla atendiendo.
-Deme una botella de aceite –dijo distraída, viendo las botellas.
Yo frente a ella, extendí mi brazo para alcanzarla en el estante de arriba. De inmediato mi camisa se subió dejando al descubierto mi verga completamente erecta, podía sentirla bien hinchada, caliente y palpitante.
Pude escuchar un leve suspiro de asombro asustadizo al verme la verga. Yo coloqué los productos en el mostrador para seguirle atendiendo como si nada.
-¿Qué pasa? -Le pregunté. Mientras ella trataba de evadir la mirada viendo para todas partes.
-Este… emmm… no recuerdo que más iba a llevar… -decía pensativa mientras podía notar como sus pezones se inflamaban en su blusa. Ella lo notó también y se cruzaba de brazos tratando de ocultarlo.
-Bueno, según las cuentas… serían… 32.50 –mi verga se posaba sobre el mostrador, entre las galletas que habían ahí, pudiendo verse perfectamente desde cualquier ángulo.
Me pagó con un billete de 50.
-¿Le cobro también lo del otro día?
-Estem… preferiría pagarle eso más tarde, es que ese dinero es de mi marido y yo tengo mi dinero aparte.
-Bueno, igual no tengo cambio, tengo justo 15. ¿No desea llevar algo más para ajustar los 35.00?
-Bueno. –decía mientras ocasionalmente daba rápidas miradas a mi verga hinchada.
-Le ...
... parecen… ¿unas galletas? –le pregunté sugestivamente.
-Si está bien. –respondía un poco nerviosilla.
-¿De cuál gustaría? Tengo mucha variedad. –le preguntaba obligándola a mirar hacia el mostrador.
Ella bajó su mirada recorriendo toda la longitud del mostrador, para escoger las galletas. Mi verga se posaba enorme, palpitante entre ellas, y doña Julia, inevitablemente la miraba con detalle. Demoró bastante rato observando “las galletas” mientras nerviosa se relamía los labios.
Las venas prominentes de mi verga hacían sacudir mi verga palpitante. Hasta que por fin se decidió, escogió algunas y tras agradecer, se marchó.
Yo tenía el pecho a punto de reventar, estaba nervioso y la erección no me bajaba de la emoción.
Esa misma noche, llegó muy tarde, justo estaba cerrando cuando la escuché gritar advirtiéndome que le atendiera. Cerré el portón y la espere en la puerta para poder atenderle desde ahí.
-Buenas
-Buena noche doña Julia, que le puedo ofrecer.
-Voy a querer algunas cosas…
En eso estábamos cuando escuchamos la sirena de una patrulla oficial que ronda las calles por el horario de toque de queda.
Yo le abrí la puerta y ella inmediatamente entró apresurada para evitar que los oficiales la atraparan en la calle a esas horas de la noche.
-Tranquila, de seguro no la vieron.
-Eso espero, ahora tendré que esperar que pasen de aquí para poder regresar.
-Mientras tanto dígame, que va necesitar.
-Ah sí… -dijo y comenzó a pedir lo que ...