1. Me la cogí en la tienda


    Fecha: 25/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    ... quería.
    
    Intencionalmente me iba hasta la parte de atrás a traer la mercadería para empalmarme viéndole ese culo. Aun llevaba ese mismo vestido. Decidí hacer la misma jugarreta de la mañana.
    
    Cuando salí de nuevo al local, mi verga se tambaleaba de un lado a otro con cada paso que daba.
    
    Ella se quedó observándola durante todo el recorrido, en cada movimiento que hacía ella la observaba fijamente sin pestañeo alguno con los ojos bien abiertos.
    
    -Serían 18.75, más lo del otro día serían 30
    
    -Ah, quería ver si, no podría anotármelo en mi cuenta, es que mi marido aun no me da el gasto de fin de mes, pero en cuanto pueda yo se lo vengo a pagar de inmediato. –me rogó de manera tímida y apenada.
    
    -Mmm… doña Julia, doña Julia, así no tiene mucho provecho tener negocio, yo vivo de las ventas, si doy fiado salgo perdiendo.
    
    -Ay por favor, hágame la campaña, yo le juro que en cuanto tenga le vengo a pagar. –decía mientras sus manos temblorosas intercedían para que aceptara.
    
    -Mire, la verdad yo tengo ganas de ayudarla… para que vea, negociemos el pago de otra manera pues.
    
    -¿Cómo así?, ¿cómo?
    
    -Usted como cree –le dije mientras le tomé su mano llevándola hasta la cabeza de mi verga poniéndola a acariciarla.
    
    Sus manos temblaban de nervios e inseguridad, pero sabía que era la mejor manera de saldar sus deudas.
    
    -Bueno. –dijo tímida mientras comenzaba masturbarme toda la verga.
    
    Me quité los pantalones y luego baje su vestido desde los tirantes, dejando al ...
    ... descubierto esas enormes tetas con las que me provocaba siempre.
    
    Eran enormes, pero firmes y bien colocadas, sus pezones eran marrones claros. Me los devoré hambriento mientras ella suspiraba y gemía.
    
    Le quité todo el vestido, la muy puta no llevaba ropa interior, su depilada panocha estilaba humedecida entre sus labios, la recosté sobre el mostrador subiendo una de sus piernas y de rodillas me comí su panocha ardiente, ella acariciaba mi cabello mientras le temblaban las rodillas de tanto placer.
    
    Ahora te toca pagar tu deuda, le decía mientras la ponía de rodillas. Abrió la boca cuanto pudo y engulló mi verga hasta el fondo.
    
    -Le gusta verdad putita, ya llevabas rato provocándome.
    
    -Mmm… sí que delicia, desde que le vi la verga no dejé de pensar en ella.
    
    -Pinche puta viciosa, su marido no la complace o usted es la puta?
    
    -Mmm… no, mi marido no me complace y yo muero de ganas de que me cojan… aggg… –decía mientras se atragantaba con mi verga en la garganta.
    
    La levanté y la llevé dentro de la casa, la empiné sobre la mesa, abriéndole las piernas la penetré desde atrás.
    
    -AH! AH! Despacio, suave, ah! Que rica, que rica verga, me encanta
    
    -Te gusta? –yo la taladraba fuertemente una y otra vez.
    
    -Ah! Si! Así! Que grande la tienes muchachito, ah! La tienes más grande que la de mi marido, y mucho más gruesa. Ah! Así, que rico! Ah!
    
    Yo la penetraba hasta mis huevos y nalgueaba sus hermosas nalgas. Luego de un rato le escupí el culo y sacando mi verga de su ...