Aceptación
Fecha: 29/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos
... con crema, que chupó alternando con chupadas y lamidas en las axilas. Yo reía por las cosquillas que su lengua me hacía “Sabes a amor y todo el esfuerzo de su ardor”, me decía lamiendo también los costados de mi tórax.
Después de dejarme las tetas limpias, pasó a lamerme y besarme el ombligo, que también recibió unas gotas que habían escurrido cuando le hice la rusa a mi marido. ¡Umh, traes una costra de semen!, dijo al lamerlo. Luego escurrió su lengua hasta mi pelambre, todo pringoso; abrió la boca y su saliva apoyó la tarea lingual de limpieza. Pensé que después de sorberme el clítoris y los labios internos pasaría a meter su lengua para completar la venida que tuve, pero luego pasó a mis verijas dejándolas sin huellas de escurrimiento; de allí pasó a mi ano y nalgas. Me puso en cuatro extremidades y me penetró deslizándose el pene con facilidad. Tuve un orgasmo más y, aún con la verga templada, me acostó boca arriba y se acomodó en un 69 en el que no me podía concentrar con lo que a mí me correspondía, ya que solamente gemía y luego gritaba francamente ante tanto placer que me daba su boca. Quedé exhausta y descansé chupándole el pene y los enormes huevos.
–No mamita, esa te la voy a echar en las tripas –dijo separándose de golpe cuando ya se iba a venir, así que me quedé “de a seis”.
Me volvió a poner en cuatro y me chupó el ano, tomó el frasco de lubricante que había comprado y me lo fue poniendo con un dedo que introducía poco a poco. Me gustó que no me ...
... doliera y empecé a sentir placer cuando metió un dedo más y más lubricante, metiendo y sacando los dedos. Yo lance varios quejidos de placer.
–¿Te duele, mami? –me preguntó sin dejar de penetrarme y poner lubricante.
–No, me gusta mucho, pero no me duele –contesté sin abrir los ojos.
–Sí, se nota en tu cara el placer –dijo y metió un dedo más, poniendo más lubricante–, es porque ya estabas abierta que no te duele –me dijo en alusión a la cogida que mi marido me había dado la primera vez.
Sacó los dedos y puso lubricante en su verga. Sentí la suavidad y redondez del glande en la entrada de mi ano y contraje el esfínter. “Tranquila, nena, relájate, no te va a doler”, me dijo al oído y me lamió el óvulo; sin dejar de presionar en el ano con su pene, me dio besitos en el cuello y en la espalda, pero sus caricias me calmaron cuando entró el glande, fue entrando con lentitud y el dolor que yo sentía era paliado con las caricias y besos. “Ya va más de la mitad mami” me dijo antes de agarrarse firmemente de mi cadera para penetrarme totalmente. Sentí que sus huevos golpearon en mis labios por el empujón rápido que hizo. Me sentí sorprendida de tenerlo adentro con casi nada de dolor. “¿Te dolió?”, preguntó quedándose inmóvil. “No”, contesté y me moví para sentirlo mejor. Eso fue la señal para que él empezara el divino movimiento de mete y saca. A los pocos minutos tuve el primer orgasmo y éstos siguieron hasta que sentí caliente dentro de mí y gotas de sudor que desde su cara ...