Aceptación
Fecha: 29/05/2022,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Mar1803, Fuente: CuentoRelatos
... piernas en alto, también cerré los ojos para disfrutar la calma.
Sonó el teléfono, el ruido nos sacó del letrago. Era mi marido. Afortunadamente había traído la bolsa a la recámara y acostada, aún con la verga dentro, tomé la llamada. Dentro de las preguntas de rigor, las cuales contesté con lujuria: “Estoy descansando un poco, incluso, con las piernas arriba”; “Te extrañamos todos, también tu leche (mi amante afirmó con la cabeza); ¿Ya te recuperaste de la deslechada que te puse?, hasta en el ombligo me dejaste”; “Yo también te amo y quiero mostrártelo, para eso hice un pedido que estará en la tarde en casa”; “Es una sorpresa”; “Sí, también, todo el fin de semana, para empezar”. Me despedí lanzando un beso y sentí que, sin sacarla, a mi amante se le había vuelto a parar por la lujuria que nos provocó la llamada. Lo jalé de las manos y le pedí más. Se movió hasta que nos venimos al unísono. ¡Qué bello!
Al despegarnos puse mi mano para recibir el esperma cuando me enderecé. Me puse de pie y me lo restregué en las chiches. Me acerqué al espejo tratando de verme el ano, agachada y separándome las nalgas. Mi amante tomó otro espejo y pude ver que a mí también me había quedado sumamente abierto, no tanto como en la película XXX que había visto con mi marido, pero sí, pero a mí me escurría el semen mezclado con heces no solamente el semen.
–¿Por qué traigo caca? –le pregunte a mi amante contándole de la película.
–Ja, ja, ja, porque por allí defecas –para que no haya ...
... ese problema, si es que no te gusta, o a tu marido le repugnara, habrás de hacerte antes un lavado. En Internet puedes ver como.
–¿Y para que la panocha no me huela tanto? –pregunté, pensando en mi marido.
Ahora fue sonora la carcajada antes de responderme que eso sí sería más difícil porque no debería coger tanto, hacerme limpieza y lavados vaginales más de una vez al día, exponiéndome a infecciones pues se destruiría gran parte de mi flora. “Eso es lo rico de ti, que coges mucho y lo que te dejamos se fermenta produciendo el aroma que a tu marido le disgusta y a mí me encanta”.
Nos metimos a bañar, no me cogió en la ducha porque yo estaba pensando en el asunto de escoger oler a puta o dejar de coger.
A los dos días, cuando mi marido llegó, después de comer me preguntó por la sorpresa. Le pedí que saliéramos a caminar un poco y platicamos.
En la lista de aceites que me manda la señora Irene, venía un lubricante, le pregunté que si se trataba de aceite para los bebés o para las rozaduras. Se sonrió y me dijo para qué se usaba. Me advirtió que aún con lubricante, la primera vez era muy doloroso, pero que después al acostumbrarse, ya no dolía, pero que era recomendable usarlo. Me explicó cómo deberíamos hacerlo y me confesó que a ella le encantaba el sexo anal, pero como era cuestión de gustos o si tenía almorranas, no convenía. Así que me compré un lubricante para que me cojas por el culo, como tú quieres, pero te voy a decir cómo me dijo que hiciéramos. No le ...