1. De pajero a favorecido por mi vecina escort


    Fecha: 07/06/2018, Categorías: Hetero Autor: dandar, Fuente: CuentoRelatos

    ... la cama y dame agua…
    
    Con Melina en brazos encontré su dormitorio y la acosté sobre un lecho de dos plazas. Me dirigí a la cocina, llené un vaso con agua, regresé al cuarto y, levantando su cabeza inerte, le di a beber.
    
    Apenas logró dar dos sorbos y vomitó, derramándose sobre sus senos. Entonces la levanté y llevé al baño. Logré colocarla de rodillas, agachada sobre el inodoro, para que expulsase todo.
    
    Poco después, la recosté en el piso. Hedía. Busqué tres toallones y la trasladé a la bañera. Continuaba inconsciente. Debía limpiarla. Lentamente le saqué el vestido, bombacha, medias y zapatos. Mojé con agua tibia uno de los toallones y fui limpiándola suavemente. Tuve que usar otro toallón. Luego la sequé. Al hacerlo, ya más tranquilo, demoré pasar sobre sus chichis, piernas, concha…
    
    Excitado como estaba, y ella sin reacción, me di cuenta que nunca lograría otra oportunidad como la que me tocó en suerte. Entonces me saqué la bermuda y permití que saltase mi pija dura.
    
    A punto de empezar a moverme la pija, sin abrir sus ojos, Melina pronunció:
    
    —¡Gracias…! Acostame…
    
    Lamiéndola…
    
    Sin ponerme la bermuda, levanté a la hermosa, haciendo que su culo roce mi verga, y la llevé hasta su cama. Allí la extendí. Ahora con su piel limpia, admiré cada rincón de su cuerpazo. Saqué mi celular y comencé a sacarle fotos. Haría un álbum exclusivo para mis pajas.
    
    Dejé lo que hacía y busqué perfume. En uno de los cajones del placard encontré lencería. Toda fina. Elegí una ...
    ... tanguita y hallé una fragancia francesa. Le rocié cuello, senos, vientre, muslos, pies, y por supuesto, vulva. Luego, con meticulosa delicadeza, le puse la diminuta bombachita.
    
    ¡Melina era el mejor espectáculo de mujer que mis ojos habían visto! Seguí sacando fotos, hasta que la memoria del celular dijo basta. Entonces, sin importarme nada, salí de su casa, crucé hasta la mía, busqué una cámara mejor y regresé.
    
    Pero mi deseo pudo más y descendí mis labios hasta sus impresionantes tetas. Besé los pezones rugosos, rodeé con mi lengua, y continué por los contornos hasta empaparlos con mi baba. Subí por el cuello, mentón, hasta llegar a su boca. Bebí sus labios como si fueran sopa, y avancé a nariz, párpados y orejas. De allí bajé hasta los dedos de los pies y lamí uno a uno, para posteriormente ascender por tobillos, piernas, rodillas, muslos…
    
    Y llegué a la bombacha que apenas cubría su depilada y suave concha.
    
    Me sorprendí de sentir en mi lengua humedad. Corrí la seda y comprobé que la hermosa puta, pese a estar dormida, se estaba mojando, excitada.
    
    ¡Me encantó! ¡Melina gozaba con mis lamidas!
    
    Ella tenía con qué: los mojados labios vaginales se abrían como alas de mariposa, y arriba aparecía algo parecido a un pulgar, que latía. ¡La puta tenía un clítoris maravilloso! Al ser tan grande y estar tan expuesto, seguramente cualquier roce provocaba excitación. Esta hembra estaba constantemente caliente y le era sencillo y rápido gozar.
    
    Regresé la telita sobre la ...