1. La promiscua


    Fecha: 03/06/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    No lo puedo remediar, soy muy promiscua. Lo fui en mi juventud cuando empezaba a salir de marcha con mis amigos y cada vez me tiraba a alguien diferente. En aquella época tuve todo tipo de amantes.
    
    Recuerdo haber estado con un casado 10 años mayor que yo entonces, con el dueño del bar donde solíamos acabar, con un chico que conocí en una excursión en COU. Incluso recuerdo haber desvirgado a un par de chicos. Tíos con pollas grandes, pequeñas, normales, gordas, finas, eyaculadores precoces y auténticos sementales... Con ese currículum ya me dirán...
    
    Con 30 decidí sentar la cabeza. Me gustó un chico, amigo de mi mejor amiga. No estaba nada mal. Guapo, buen cuerpo, educado, y según decía poco dado a los rollos de una noche. Tengo que confesar que me encoñé del tipo. De eso ha pasado 8 años y ahora somos pareja y padres de un niño de 3.
    
    Pero desde hace 2 mi espíritu promiscuo ha vuelto a salir. Me es inevitable coquetear con otros tíos, siempre con cuidado de que Ángel, mi marido no sé de cuenta. Y es que él está totalmente ciego de amor por mi. Me tiene en un pedestal y no concibe que le pueda ser infiel. Pero reconozco que pasado el encoñamiento inicial mi pasión por él se apagó. Siempre le vía como un buen padre pero a nivel sexual siempre me ha ido otro tipo de hombre...
    
    Siempre he estado convencida de que la monogamia es una cuestión cultural antinatural. El ser humano se siente atraído por más de una pareja. Hay quien puede controlarlo y vivir siendo fiel, y ...
    ... otros, como es mi caso, en que se nos hace imposible. Llega un momento en que tenemos que salir a buscar algo diferente que nos permita seguir adelante.
    
    Esa es la explicación de lo que pasó aquella noche. Habíamos salido a cenar, mi marido, yo y una amiga... muy parecida a mí... Tras la cena acabamos en un bar de copas bailando.
    
    Durante una hora mi amiga Sandra había estado calibrando al personal masculino. Y en eso crucé mi mirada con un tipo al que conocía de vista. Hacía tiempo que nos mirábamos cuando nos cruzábamos. El tío era bombero, con todo lo que eso supone. Alto, fuerte y con un cuerpo de escándalo. Metido en la treintena tendría cinco años menos que yo. Junto a él un colega también de cuerpo anabolizado en un gimnasio.
    
    Mientras hablábamos Sandra, Ángel y yo, me las apañé para hacerle señas a mi amiga sin que mi marido se enterase. Ella lo captó enseguida. Desde ese momento comenzamos el coqueteo. Los dos tipos se fueron acercando a nosotros. No era nada extraño dado que Ángel también les conocía de vista. Una noche de alcohol es fácil entablar conversación con algún conocido con el que normalmente no hablas.
    
    Reconozco que hay quien puede verme como una mala persona pero estaba disfrutando del coqueteo con aquel tío sin que mi marido se diera ni cuenta. Aprovechando que Ángel fue al servicio, Sandra y yo quedamos con aquellos dos amigos para una hora después. Me las apañaría para deshacerme de mi marido.
    
    A la vuelta del servicio, los dos tipos se habían ...
«123»