1. Cornelio me pide hacer un trío con Stella (2)


    Fecha: 08/06/2022, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... Cornelio, dándoselas a Stella para que me las pusiera, y se quitó la bata.
    
    –Si vienes con más frecuencia te compro unas –dijo al ponérmelas, abrazándose de mi pierna para acunarla entre sus chiches, dándome un beso en la rodilla, restregando después su cara en mis vellos. Yo miré cómo se le empezaba a parar la verga a Cornelio al ver a su exmujer en pleno calentamiento.
    
    –Pues vamos a trabajar –me ordenó Stella tomándome de la mano para llevarme al fregadero donde nos lavamos las manos.
    
    Cornelio abrió una botella de vino rosado dulce, nos sirvió las copas y brindó “por los amigos de verdad”. “Por ustedes, deseo que recapaciten y vuelvan a estar juntos, aunque a veces otros o yo, les echemos la mano”, dije en mi turno. “Por los hombres como ustedes, son tan parecidos…”, dijo Stella y metió una a una nuestra verga en su copa”. “¡Salud!” dijimos los tres, pero Cornelio y yo nos veíamos de cuerpo completo… ¡Sólo faltaba tomarnos medidas, para darnos cuenta y verificar la verdad que dijo Stella! Empecé a entender por qué, aquella noche, había sido tan fácil para ella seguir la fantasía de que yo era Cornelio. ¡Ya descubriríamos más tarde que también el olor y sabor nuestros eran similares!
    
    Cornelio se instaló en un banco del cual sólo se levantaba para darnos algún instrumento que necesitábamos o para lavar los trastes que desocupábamos. Stella preparó una deliciosa pasta al horno y yo fácilmente la lengua, y aún tuve la oportunidad de hacer un postre, para el cual ...
    ... había traído también los ingredientes. ¡Cómo tenía razón Cornelio!, Stella es un monumento por todas partes, pero la vista que teníamos cuando ella se agachaba a manipular el horno nos dejaba las vergas grandísimas y chorreantes de presemen que ella se encargaba de limpiarnos regodeándose con el sabor. Me daba un jalón para exprimirlo bien en su lengua y luego le daba un beso a Cornelio, ¡pero después que hacía la operación contraria, y el sabor que me quedaba en la boca era el mismo que aquella noche en que me besó después de mamarme!
    
    Por fin, todo estuvo listo. Stela fue sirviendo los platillos, dándonos un beso cada vez que servía o recogía un plato. “Si alguien gusta tomar el postre servido en algo especial, no digo que no, pero también le convidaré del mío, donde yo lo tome…” Dijo retadoramente Stella. “Mejor en el plato, porque terminaremos todos enmelados”, dijo Cornelio que la conocía bien. “Así está bien, gracias”, dije y empecé a comer el postre. Al concluir, Stella pidió que Cornelio y yo nos ocupáramos de lavar los trastos, y lo hicimos mientras ella se fue a acomodar los cojines de la sala y las cobijas de la cama.
    
    –¿Por qué no se te antojó el postre sobre el cuerpo de tu exmujer? –le pregunté intrigado a mi amigo, callando que a mí sí me hubiese gustado lamerle el cuerpo a Stella.
    
    –¡Claro que se me antojó, y lo he hecho! Pero ella advirtió que también nos convidaría del suyo donde ella lo tomara –me recordó Cornelio–. ¿Te hubiera gustado que te convidara el ...
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